Al cortar el ajo se suele quedar su olor en las manos durante varias horas, e incluso días. | Pexels - Los Muertos Crew

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El ajo es habitualmente usado en la cocina mediterránea. Ya sea para sofritos, para aportar sabor al freír un bistec o unas verduras...incluso los hay quienes lo restriegan crudo sobre el pan al preparar tostadas o pa amb olis. Sin embargo, pese a sus múltiples usos, surge cierto reparo al utilizarlo por el persistente -y en ocasiones desagradable- olor que deja en las manos. Puede acompañarnos hasta 24 horas, debido a que sus compuestos (el disulfuro de dialilo, el mercaptano de alilo, el disulfuro de alil-metilo y el sulfuro de metilo alílico...) se van liberando lentamente. Son estos mismos elementos los mismos que convierten al ajo en un alimento muy saludable -es antivacteriano, antivírico, hipoglucemiante, antiinflamatorio y ayuda a reducir el colesterol, entre otros efectos-. Estos son algunos trucos que se pueden utilizar en la cocina para hacer las paces con el ajo y dejar su característico aroma solo en el plato.

Para eliminar el olor de las manos

Puede que parezca de sencilla solución el planteamiento del problema: ¿Acaso no basta con limpiarse las manos con agua y jabón de forma concienzuda? Lo cierto es que si recurrimos a esto lo único que conseguiremos será que el olor permanezca en la yema de nuestros dedos durante más tiempo. La mejor opción es justo después de tocar el ajo, pasar las manos por el grifo con agua fría sin frotarlas. Es importante que sea fría y no caliente, ya que, de lo contrario, abriremos los poros y el olor entrará aún más en la piel, así como no frotar las manos para no esparcir el mismo. Si este primer y más sencillo truco no funciona, también se puede probar frotar las manos con perejil, zumo de limón, vinagre de manzana, bicarbonato sódico o café molido. Luego pasa las manos por agua fría. El tercer truco y más resistente consiste en, tras pasar las manos por agua fría, frotar las mismas con una cuchara de acero inoxidable (sí, las mismas con las que servimos caldos y pucheros), pues el acero consigue atrapar el olor.

Para eliminar el olor de la boca

Del mismo modo que no basta el jabón, lavarse los dientes tampoco es suficiente para contrarrestar el sabor y aliento que deja el ajo en la boca. Las investigaciones recientes al respecto han concluido que masticar y hacer gárgaras con algunos alimentos en concreto es la mejor forma de olvidarse de él. De entre todos, las hojas de hierbabuena o menta fresca son de lo más útiles, seguidas de la manzana y la lechuga cruda. En cuanto a bebidas, se recomienda también beber un vaso de leche entera o un zumo de limón; productos que conviene tener a mano en la cocina si el ajo es recurrente en nuestro menú.