El aumento de las temperaturas debido al cambio climático plantea un desafío significativo para los propietarios de coches eléctricos. Aunque estos vehículos son conocidos por su eficiencia y menores emisiones, el calor extremo puede afectar negativamente su rendimiento y longevidad. Las baterías de iones de litio, que son el corazón de los coches eléctricos, son particularmente sensibles a las variaciones de temperatura. Funcionan de manera óptima entre 15 y 25 grados Celsius, pero el calor excesivo puede disminuir su eficiencia y acelerar su degradación.
Durante olas de calor, las baterías pueden sobrecalentarse, lo que obliga al sistema del vehículo a utilizar parte de su energía para activar mecanismos de enfriamiento, como ventiladores o sistemas de refrigeración líquida. Este proceso, aunque esencial para proteger la batería, reduce la autonomía del vehículo. Estudios indican que la pérdida de autonomía puede ser de hasta un 31% en condiciones de calor extremo, afectando significativamente la distancia que un coche eléctrico puede recorrer con una sola carga.
Además, el calor intenso puede aumentar el tiempo de carga de las baterías. Los sistemas de gestión térmica de los vehículos limitan la velocidad de carga para evitar el sobrecalentamiento, lo que resulta en tiempos de espera más largos en las estaciones de carga rápida. Este efecto se agrava si el coche está expuesto al sol durante el proceso de carga, incrementando aún más el estrés térmico sobre la batería.
Para mitigar estos efectos, los fabricantes de coches eléctricos están desarrollando tecnologías avanzadas de gestión térmica. Estas incluyen sistemas de refrigeración activa y el uso de materiales más resistentes al calor. Además, los usuarios pueden adoptar prácticas como estacionar en lugares sombreados y evitar la carga rápida durante las horas más calurosas del día. El preacondicionamiento del vehículo antes de conducir, utilizando energía de la red eléctrica en lugar de la batería, también puede ayudar a mantener una temperatura operativa óptima.
3 comentarios
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Nos la han querido meter doblada con los eléctricos. Ahora los compradores se empiezan a dar cuenta de que han sido estafados. A los 4 o 5 años necesitas baterías nuevas, que valen tanto como el coche.
Sobrasada rockNo solo eso. El 66% de los vehículos duermen en la calle, y si lo tienes que sacar para recargar , luego no encuentras sitio ni a tiros. Los que tiene plaza y viven en comunidades, algo mejor, pero como todos pongan cargadores, la instalación no aguanta. Mientras no tengas electrolineras que te carguen el vehículo en 10 minutos como máximo lo tienes claro si hay tres o cuatro a antes que tu. En mi opinión, son buenos para ciudad, si tiene cargador en casa y mas aún si es unifamiliar. Lo más cómodo es la hibridación sin enchufe como paso intermedió hasta que mejore la tecnología. Y como dice Sobrasada Rock, te compras un cochazo de gama alta de 100.000 E, y a los cuatro años con batería ya algo degradada, a ver quien te lo compra y a que precio. Además tanto las baterías como los buenos coches eléctricos son aún muy caros. Ejemplo, tengo un scooter eléctrico puro de los primeros que llegaron a Palma. Lo tengo hace ocho años, está impecable, siempre en garaje. Cuando tenga que cambiar la batería, la casa ya me ha dicho que vaya preparando unos 1800 E, mano de obra aparte, Evidentemente tendré que darlo de baja para chatarra.
Mi coche de gasolina del año 1999 va de lujo. Lleva 25 años circulando sin ningún contratiempo y habiendo superado el doble de la vida útil de la mayoría de los coches, por lo que es más ecológico que un eléctrico. Jamás me compraría un vehículo que deba enchufar puesto que la vida útil de los eléctricos es inferior a cuatro años ya que la baterías de litio se degradan a gran velocidad. En un par de años veremos como los coches eléctricos de segunda mano se venden en mass y nadie los compra.