Una pareja observa una puesta de sol en Mallorca. | Archivo

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Mallorca es un lugar especial. Eso no se le escapa a nadie y los miles de visitantes que recibimos lo atestiguan cada año. Sus playas, sus montañas, la singularidad de sus zonas de interior o la intensa actividad de sus áreas de ocio son ya un reclamo suficiente, pero por si ello no fuera poco, su geografía privilegiada le da también una relación especial con el astro rey. La Isla ofrece algunas de las salidas y puestas de sol más espectaculares del mundo. Si se sabe elegir sabiamente los mejores emplazamientos y las horas más adecuadas, este magnífico espectáculo de la naturaleza en el que se unen cielo, tierra y mar, está servido.

Amaneceres

Como resulta evidente, toda la zona este de Mallorca, desde el Cap de Ses Salines hasta el Cap des Freu, alberga lugares únicos donde ver cómo el sol se alza desde las aguas del Mediterráneo. Entre las 6.30 horas en verano y las 8 horas en invierno es la horquilla entre la que podremos planificar nuestra excursión. Cualquiera de las calas que salpican esta costa occidental de Mallorca da la oportunidad de, previo madrugón, disfrutar del sol emergiendo de las aguas del Mediterráneo. Sin embargo, también hay otras zonas del norte de la Isla donde se puede disfrutar de un amanecer espectacular.

Uno de esos lugares especiales es la playa de Aucanada, en Alcúdia. El pequeño islote, el faro y la silueta de la especial orografía de la zona forman un marco sin igual para una buena foto. Sin salir de ese término municipal tenemos el Puig de Son Sant Martí; desde la altura se domina perfectamente la bahía y el ascenso del sol es aún más majestuoso.

Desplazándonos hacia el este, llegamos a Platja de Muro. Allí la amplitud de la bahía de Alcúdia, la silueta de la Serra d’Artà y los recoletos muelles de madera dan forma a una estampa muy especial en cualquier época del año. Siguiendo la línea de la costa podemos llegar a otro lugar de especial interés. Se trata del Far de Capdepera, que se alza en el extremo más oriental de la Isla. Si el entorno ya es privilegiado, ver el sol aparecer lentamente por el horizonte, e incluso poder reconocer la silueta de Menorca (siempre que las condiciones atmosféricas lo permitan) es todo un lujo al alcance de los más madrugadores.

Montañas de ensueño

La Serra de Tramuntana representa unos de los mayores tesoros naturales del todo el Archipiélago. Sus altas montañas y acantilados, así como sus valles llenos de vida, ponen al alcance de los visitantes la oportunidad de disfrutar de una naturaleza sin igual. Desde el célebre mirador de Formentor y desde el faro, situado en la punta norte de la Isla, es posible contemplar tanto la salida como la puesta del sol. Desde esos lugares resalta aún más el contraste de colores y las texturas de las aguas.

Mirador de Formentor.

Pero si el amanecer suele estar solo al alcance de los más madrugadores, o por el contrario, de los más trasnochadores que quieran cerrar así una noche de diversión, el atardecer es bien sencillo y asequible sin preocuparse tanto por los horarios. Aproximadamente entre las 18 horas en invierno y las 22 horas en verano, el sol se pone en Mallorca. Si la nubosidad lo permite, y dado nuestro clima lo suele permitir, el espectáculo de colores y formas es inigualable y escapa a las imaginaciones más pictóricas.

Atardeceres

Sin duda toda esta Serra de Tramuntana, que recorre la Isla desde el suroeste al norte, está llena de lugares desde los que disfrutar del ocaso. La altura de algunas ubicaciones permite que la perspectiva haga de las aguas del mar un manto uniforme en el que el sol va sumergiéndose hasta despedirse con sus últimos rayos. La Foradada, en el municipio de Deià, es sin ningún género de duda una imagen icónica de los atardeceres en Mallorca. La peculiaridad de esta formación rocosa y la facilidad para llegar al mirador han hecho de esta puesta de sol una de las más disfrutadas, fotografiadas y concurridas. Tanto es así que en los meses de temporada alta es recomendable llegar un rato antes de que el sol se ponga para coger un buen sitio.

MALLORCA - ATARDECERES COMPARTIDOS.PUESTA DE SOL EN SA FORADADA.
Atardecer desde La Foradada.

Tras una serpenteante carretera, que ya de por sí es un gran reclamo para muchos por su intrincado recorrido, se puede llegar a Sa Calobra, otro de esos lugares singulares. Justo en la desembocadura del Torrent de Pareis se encuentra una pequeña playa desde la que el crepúsculo resulta de una belleza irresistible. El largo y a veces complicado trayecto en coche, y la pequeña excursión hasta el lugar habrán merecido sin duda la pena. En este recorrido por la Serra de Tramuntana no puede faltar Banyalbufar. El pueblo en sí ya es especial por sus peculiaridades paisjísticas, pero las puestas de sol desde muchos de sus rincones se han ganado fama propia. Uno de estos sería la Torre de ses Ànimes. Rodeada de magia y misterio, esta atalaya construida en el siglo XVI se asoma al mar de una manera única. Puede que sea uno de los lugares más espectaculares de la Isla, y un atardecer desde ella es algo que se recordará.

MALLORCA. METEOROLOGIA. LA FOTO DEL LECTOR. Amanecer. Imagen del amanecer en Cala Bona en un día tranquilo son apenas nubes y t
Atardecer en Cala Bona.

De la magnificencia de los acantilados de decenas de metros de altura pasamos ahora a la tranquilidad de un pequeño pueblo de pescadores como es Sant Elm. Esta localidad de Andratx ofrece a los viajeros una atmósfera relajada y una experiencia auténtica. El ambiente marinero hará que ver ocultarse al astro rey en las aguas sea todo un remanso de paz. En el mismo término municipal está el Port d’Andratx. Con la vuelta de los barcos pesqueros se inicia un ritual en el que se unen la animación de esta zona turística y la autenticidad de su actividad marinera.

Sóller es otra zona que brinda grandes oportunidades a la hora de buscar ese atardecer ideal. Se pueden destacar muchos lugares, pero uno de los más conocidos es el Mirador de ses Barques. A sus pies queda toda la pequeña ensenada en la que se emplaza el Port de Sóller y las montañas que la delimitan. Descendiendo después por la misma carretera, se puede llegar primero a Sóller y después al Port. Una vez allí rivalizan en belleza la puesta de sol desde la propia playa o desde el faro de Cap Gros y toda la zona de Muleta. Tantos lugares, como días para disfrutarlos.