Te presentamos la rutina de noche perfecta para evitar morir de calor

1.- Mantén tu dormitorio fresco: Durante el día, cierra las cortinas y persianas para evitar que el sol caliente demasiado la habitación. Por la noche, abre las ventanas para permitir la entrada de aire fresco. Si es posible, utiliza un ventilador o un aire acondicionado para mantener una temperatura agradable.

2.- Dúchate con agua tibia: Aunque puede parecer tentador, evitar las duchas frías. Una ducha tibia puede ayudar a regular tu temperatura corporal y preparar tu cuerpo para el descanso. Las duchas frías pueden causar un efecto rebote, aumentando la sensación de calor una vez que sales del baño.

3.- Hidrátate adecuadamente: Beber suficiente agua durante el día es crucial para mantenerte hidratado. Sin embargo, evita grandes cantidades de líquidos justo antes de acostarte para no interrumpir tu sueño con visitas al baño.

4.- Elige ropa de cama ligera: Utiliza sábanas y fundas de almohada de algodón o lino, materiales que permiten la transpiración y son más frescos. Evita las telas sintéticas que retienen el calor y la humedad.

5.- Opta por pijamas frescos: Usa pijamas de algodón ligero y holgados. La ropa ajustada puede incrementar la sensación de calor y sudoración.

6.- Cenas ligeras y frescas: Evita comidas pesadas o picantes antes de dormir, ya que pueden aumentar la temperatura corporal. Opta por ensaladas, frutas y comidas frescas que no sobrecarguen tu digestión.

7.- Reduce el uso de dispositivos electrónicos: Los dispositivos electrónicos emiten calor y luz azul, que pueden interferir con tu capacidad para conciliar el sueño. Intenta apagar estos dispositivos al menos una hora antes de acostarte.

8.- Crea un ambiente relajante: Utiliza técnicas de relajación como la meditación, la lectura de un libro o la escucha de música suave para calmarte antes de dormir.

Siguiendo estos consejos, puedes crear una rutina nocturna que te ayude a mantenerte fresco y descansar bien, incluso durante las noches más calurosas del verano.