El agua del mar contiene una alta concentración de sal y minerales que, si se ingieren en grandes cantidades, pueden afectar negativamente la salud. La salinidad puede provocar deshidratación debido a que la alta concentración de sal en el estómago y en los intestinos extrae agua de las células del cuerpo para diluirla, lo que puede llevar a una sensación de sed intensa, diarrea o incluso vómitos.
Además, el agua del mar puede contener bacterias y otros microorganismos que podrían causar infecciones gastrointestinales si se ingiere en cantidades considerables. Por lo tanto, es fundamental evitar tragar agua mientras se nada y, en caso de ingerir una pequeña cantidad, no alarmarse, pero sí estar atento a cualquier signo de malestar.
Para prevenir problemas de salud, es recomendable mantenerse bien hidratado con agua potable y evitar exponerse innecesariamente a tragar agua del mar, especialmente en zonas donde la calidad del agua pueda estar comprometida.
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