Cortarla correctamente permite que se aproveche la mayor cantidad de alimento. | Freepik

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La sandía es una de las frutas más refrescantes del verano, pero su gran tamaño y su forma pueden convertir el proceso de cortarla en un desafío. Sin embargo, con la técnica adecuada, cortar una sandía puede ser un proceso sencillo y rápido, permitiéndote disfrutar de su sabor en cuestión de minutos.

La clave para cortar una sandía de manera eficiente comienza con la elección del cuchillo adecuado. Un cuchillo largo y bien afilado facilita el corte limpio a través de la gruesa cáscara y la jugosa pulpa. Comienza cortando los extremos de la sandía, creando una base estable. Esto no solo evita que la fruta ruede mientras la cortas, sino que también facilita el acceso al interior.

Una vez que tienes la base estable, cortar la sandía por la mitad longitudinalmente es el siguiente paso. De esta manera, puedes trabajar con una mitad a la vez, lo que resulta más manejable. Coloca la mitad con la parte plana hacia abajo y realiza cortes verticales para crear cuartos o rodajas, dependiendo de cómo prefieras servirla.

Para obtener cubos de sandía, que son perfectos para ensaladas o para servir en bandejas, es recomendable cortar las rodajas en tiras horizontales y luego realizar cortes transversales. Este método no solo produce piezas uniformes, sino que también minimiza el desperdicio de jugo.

Cortar la sandía de esta manera garantiza que cada trozo sea fácil de manejar y disfrutar, ya sea en una ensalada de frutas, en un plato decorativo o simplemente como un tentempié refrescante. Además, al seguir estos pasos, se maximiza la frescura y se conserva el sabor natural de la sandía, evitando que la fruta se deshaga o pierda su jugo durante el corte.