El término traducido significa algo así como: «no pongas en la panza –Hara– más del 80% –Hachi Bu– de lo que querrías comer». Se trata de una fórmula para alimentarse y mantenerse saciado antes de comer hasta no poder más. Los expertos en el tema indican que para este tipo de alimentación consciente, hay que hacer la ingesta de alimentos despacio y sin distracciones superfluas, especialmente pantallas. Así, la persona está atenta a las señales de saciedad que le envía su cuerpo. Ya que, los estudios demuestran que el cerebro tarda entre 15 y 20 minutos en darse cuenta de que el estómago ha alcanzado su capacidad máxima.
El doctor Vicente Mera, especialista en longevidad, lo explica en su libro Joven a cualquier edad. Con esta filosofía, los japoneses mantienen una economía calórica sana, consumen en proporción a la energía que necesitan. Además de buscar el equilibrio a la hora de comer, los de Okinawaa también priorizan el uso de ingredientes naturales, locales y de temporada. Su dieta está basada en plantas, y sus comidas consisten sobre todo en legumbres, espinacas, hojas de mostaza, boniatos y tofu, todos ellos ricos en nutrientes. También incluyen pescado, cerdo y otras carnes como un pequeño componente en sus platos.
Un ingrediente imprescindible en los platos japoneses es el miso. Se trata de una pasta aromatizante, hecha con semillas de soja o cereales y sal marina fermentada con el hongo koji. Este condimento se puede utilizar para dar sabor a sopas, aderezos, carnes y pescados. Además, sirve como sustituto para la sal y al ser un fermentado, es bueno para cuidar la microbiota. Su sabor es muy concentrado, por lo que una pequeña dosis es más que suficiente para aportar gusto y aroma a los platos. Lo más importante es no someter al condimento a altas temperaturas para que no pierda los microorganismos presentes.
Para sumarse al estilo de alimentación 'Hara Hachi Bu', los expertos recomiendan seguir cuatro claves. En primer lugar, priorizar la moderación. Es decir, no se obsesionan con la ingesta de calorías o la pérdida de peso, en su lugar, comen practicando la atención plena y escuchan las señales del cuerpo. Además, dedican su tiempo a la hora de comer, para poder hacer una ingesta despacio y con calma. Asimismo, priorizan el plato de comida como el centro de su atención, ignorando otras distracciones. Por último, emplatan sus preparadas en los recipientes idóneos para cada receta, componiendo su alimentación con platos pequeños.
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