La inmensa mayoría de la población emplea la mano derecha. | Pixel Shot

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El ser humano ha sido, desde tiempos ancestrales, mayoritariamente diestro. En la actualidad, entre el 85% y el 90% de la población mundial usa la mano derecha como su mano dominante, mientras que los zurdos representan una minoría significativa pero mucho más pequeña. Esta disparidad ha intrigado a científicos y estudiosos, quienes han explorado tanto factores genéticos como evolutivos para entender el origen de esta asimetría.

Un factor fundamental en la predominancia de los diestros se encuentra en la especialización de los hemisferios cerebrales. En la mayoría de las personas, el hemisferio izquierdo del cerebro, que controla el lado derecho del cuerpo, está especializado en el lenguaje y otras habilidades motoras finas. Esta especialización habría llevado a una mayor eficacia en el uso de la mano derecha para actividades complejas, como el uso de herramientas, algo que fue vital en las primeras etapas del desarrollo humano.

La teoría evolutiva también sugiere que la cooperación y la coordinación en sociedades primitivas favorecieron la predominancia de los diestros. Durante la caza o la construcción de herramientas, era más eficiente que la mayoría de las personas usaran la misma mano, lo que habría generado una ventaja evolutiva. Esta tendencia se perpetuó a lo largo de generaciones, consolidando la preferencia por el uso de la mano derecha.

Por otro lado, los zurdos han persistido como una minoría gracias a la diversidad genética. Estudios han mostrado que no existe un "gen zurdo" específico, sino que una combinación de factores genéticos y ambientales influye en la lateralidad de una persona. Curiosamente, los zurdos también han demostrado tener ciertas ventajas en situaciones como deportes de combate, debido a su capacidad para sorprender a sus oponentes diestramente dominantes.