1. Personas con trastornos del sueño
La cafeína es un estimulante que ayuda a mantenerse alerta, pero también puede afectar significativamente la calidad del sueño. Las personas que sufren de insomnio o tienen dificultades para conciliar el sueño deberían reducir su consumo de café, especialmente en las horas de la tarde. Incluso si se toma durante la mañana, la cafeína puede permanecer en el sistema durante horas, afectando el descanso nocturno. Los expertos recomiendan que quienes tengan problemas de sueño limiten su consumo de cafeína o la eviten por completo para mejorar la calidad de su sueño.
2. Personas con problemas digestivos
El café puede irritar el estómago, especialmente en aquellos que ya sufren de problemas gastrointestinales como el reflujo ácido, la gastritis o el síndrome del intestino irritable (SII). La cafeína y los ácidos presentes en el café pueden aumentar la producción de ácido gástrico, lo que provoca malestar, acidez e incluso dolor. Para estas personas, es recomendable optar por alternativas descafeinadas o infusiones más suaves que no tengan el mismo efecto sobre el sistema digestivo.
3. Mujeres embarazadas o en lactancia
Las mujeres embarazadas son otro grupo que debe ser cauteloso con el consumo de café. Diversos estudios sugieren que una alta ingesta de cafeína puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo, como el bajo peso al nacer o el aborto espontáneo. Por esta razón, las recomendaciones de salud suelen limitar el consumo a menos de 200 mg de cafeína al día, lo que equivale a aproximadamente una taza de café. Durante la lactancia, la cafeína también puede afectar al bebé, ya que pasa a través de la leche materna, por lo que se aconseja moderar su consumo.
4. Personas con ansiedad o trastornos del estado de ánimo
La cafeína estimula el sistema nervioso central y puede agravar síntomas de ansiedad en algunas personas. Para quienes ya tienen problemas de ansiedad o sufren trastornos del estado de ánimo, el café puede aumentar la sensación de nerviosismo, acelerar el ritmo cardíaco y provocar inquietud. Los expertos sugieren que estas personas consideren reducir o eliminar el café de su dieta, y busquen bebidas alternativas sin cafeína que no agraven estos síntomas.
5. Personas con hipertensión
El consumo de café puede causar un aumento temporal en la presión arterial, especialmente en personas que ya tienen hipertensión. Aunque los efectos varían de una persona a otra, es importante que aquellos que sufran de presión alta controlen su consumo de cafeína y hablen con su médico para establecer límites seguros. En algunos casos, sustituir el café por infusiones sin cafeína puede ser una opción más saludable.
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