El dolor de barriga y los vómitos son algunos de los síntomas más comunes. | Freepik

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El norovirus, responsable de numerosos casos de gastroenteritis aguda, ha experimentado un incremento notable en España tras las celebraciones navideñas, sumándose a los habituales picos de gripe y resfriados propios de la temporada invernal.

Este virus, altamente contagioso, se transmite principalmente a través de alimentos y agua contaminados, así como por contacto directo con personas infectadas o superficies contaminadas. Los expertos señalan que los primeros síntomas suelen manifestarse de manera abrupta, siendo la diarrea y los vómitos las señales de alerta más comunes.

El Dr. Raj Dasgupta, de la Clínica Universitaria de California, indica que, además de estos síntomas iniciales, los pacientes pueden experimentar náuseas, calambres estomacales, fiebre leve, escalofríos y una sensación de cansancio adicional. Estos signos pueden confundirse con los de una gripe, COVID-19 o una intoxicación alimentaria. Sin embargo, una característica distintiva del norovirus es su impacto directo en el aparato digestivo, a diferencia de las infecciones respiratorias como la gripe o el COVID-19.

El periodo de incubación del norovirus oscila entre 24 y 72 horas desde la exposición al virus. Si los síntomas gastrointestinales aparecen de manera muy rápida tras la ingesta de alimentos, es probable que se trate de una intoxicación alimentaria, especialmente si se han consumido productos en mal estado o mal cocinados. En estos casos, las bacterias ingeridas pueden ser las causantes de la sintomatología, y el tratamiento podría requerir el uso de antibióticos.

Aunque el norovirus generalmente provoca una enfermedad leve que dura entre dos y tres días, la principal complicación asociada es la deshidratación, especialmente en poblaciones vulnerables como niños pequeños, ancianos y personas con sistemas inmunitarios debilitados. La Dra. Elizabeth Hammershaimb, pediatra de enfermedades infecciosas del Hospital Infantil de la Universidad de Maryland, enfatiza la importancia de mantenerse hidratado durante el curso de la enfermedad para prevenir complicaciones mayores.

Para prevenir la propagación del norovirus, los profesionales sanitarios recomiendan medidas como el lavado frecuente de manos con agua y jabón, la desinfección de superficies, cocinar adecuadamente los alimentos y evitar el contacto cercano con personas infectadas. Dado que no existe un tratamiento específico para el norovirus, el manejo de la enfermedad se centra en aliviar los síntomas y mantener una adecuada hidratación hasta la recuperación completa.