Para proteger la audición, la OMS recomienda no superar los 80 decibelios (dB) al utilizar auriculares. Este nivel sonoro es comparable al timbre de una puerta y se considera seguro para sesiones de escucha prolongadas. Además, se sugiere no exceder el 60% del volumen máximo del dispositivo y limitar el uso de auriculares a una hora diaria.
Es importante tener en cuenta que muchos dispositivos de audio pueden alcanzar niveles de volumen que oscilan entre 75 y 140 dB. Superar los 85 dB durante períodos prolongados puede causar daños irreversibles en el oído interno, afectando la capacidad auditiva. Por ejemplo, escuchar música a 95 dB puede provocar daños auditivos tras 50 minutos de exposición, y a 100 dB, la pérdida de audición puede ocurrir en tan solo 15 minutos.
Para minimizar los riesgos, se aconseja utilizar auriculares con cancelación de ruido, ya que permiten escuchar música a volúmenes más bajos al reducir la interferencia del sonido ambiental. Además, es recomendable hacer pausas regulares durante las sesiones de escucha para permitir que los oídos descansen y se recuperen.
Estar atento a señales de advertencia, como la percepción de un pitido en los oídos después de escuchar música a alto volumen, es crucial. Este síntoma, conocido como acúfeno, indica que el oído ha sido sometido a un nivel sonoro perjudicial. Ignorar estas señales puede llevar a una pérdida auditiva permanente.
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