La calabaza es una hortaliza cuya composición es, en su mayor parte, agua. Por lo tanto, incluirla en la dieta diaria es muy beneficioso ya que apenas eleva los macronutrientes principales (hidratos, proteínas y grasas) pero sí aporta micronutrientes esenciales como vitaminas y fibra.
Pero para poder mantener una alimentación equilibrada es necesario, por tanto, completar las recetas a base de calabaza con otra serie de ingredientes. Así, se podrán preparar platos ricos en los que predomine el sabor dulzón de esta hortaliza pero que nos aporten todos los nutrientes que necesitamos. Para que no nos falte en ningún momento la imaginación, dejamos aquí tres recetas que siguen esta lógica y que son muy sencillas de preparar.
Los ingredientes de este plato son cinco: una cebolla, 300 gramos de calabaza, 300 gramos de boniato, pechugas de pollo y queso suave en lonchas. Esta cantidad da, aproximadamente, tres raciones abundantes. Los pasos para ejecutarla son:
Mientras se hace la crema, se sazonan las pechugas de pollo (la cantidad debe variar dependiendo de las necesidades proteicas individuales, pero al menos 100 gramos por persona) con ajo en polvo y curry y se doran en una sartén a la plancha. Si se necesita una ingesta mayor de grasas, se pueden añadir unas nueces o unas almendras troceadas. Para presentar el plato, se puede trocear el pollo dentro de la crema o servirlo al lado.
El queso feta tiene un alto contenido en grasas (21 gramos por 100 gramos) y en proteínas (casi 15 por 100 gramos). Por tanto es una fuente completa de estos dos nutrientes aunque conviene controlar las cantidades y no abusar de él para evitar pasarse. La receta es tan sencilla como:
Quizás esta sea la preparación que más tiempo nos va a robar de las tres, pero el resultado merece hasta el último minuto invertido. Lo primero que habrá que hacer será cortar por la mitad (vertical) una calabaza de cacahuete, arreglarla con aceite de oliva y sal y meterla al horno durante 50 minutos, a 200 grados.
Después hay que preparar la quinoa (unas dos tazas) y el tofu. Este último será nuestra fuente proteica y de grasas y se puede arreglar al gusto. Para esta receta, bastara con desmenuzarlo y sazonarlo con curry o cúrcuma y pimienta.
Cuando las calabazas estén listas, habrá que vaciarlas. La pulpa puede mezclarse en una sartén con la quinoa y el tofu y se nos apetece algo 'verde', las espinacas son perfectas para añadir a esta combinación.
Para presentar el plato, bastará con rellenar las cáscaras de la calabaza y meterlas al horno diez minutos más con algo de queso rayado para gratinar. Solo queda servir... ¡y disfrutar!
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