1. Para espesar salsas
Como se aprecia por su color, al cocer la pasta, esta desprende almidón, una sustancia que deja blanquecina el agua. Se trata de una sustancia que no es tóxica y que ayuda a ligar los alimentos. Ello lo convierte en una opción ideal para añadir a la hora de hacer salsas como la bechamel o el pesto. Eso sí, mejor si vertemos el agua caliente, ya que se disolverá con el resto de ingredientes con mayor facilidad. Además, ayuda a suavizar el sabor, en el caso de que hayan quedado demasiado densas.
2. Para hacer sopas o purés
Del mismo modo que podemos utilizar el agua para añadir en salsas, el agua la podemos utilizar como fondo para hacer sopas o para hervir verduras y luego batirlas en purés. El resultado seguro que sorprende a más de uno, tanto por su sabor, como por la textura, al llevar incorporado sal y un aglutinante (el ya mencionado almidón).
3. Para remojar las legumbres
Las legumbres han de estar toda una noche a remojo para activar sus propiedades y mejorar su cocción. Utilizar el agua restante de la pasta para esto es una oportunidad que se notará en el bolsillo -al ahorrar agua- y en el paladar.
4. Para regar las plantas
Fuera bromas. El agua de la pasta es ideal para guardar y aprovecharla para regar las plantas de la terraza o el jardín. Y es que el almidón que desprende la pasta contiene multitud de nutrientes, de los que los vegetales se benefician enormemente. Regar con el agua de la pasta en lugar que simplemente con la del grifo puede suponer un verdadero empujón para tu jardín.
5. Para lavar los platos
Aunque suene un tanto extraño y hasta antihigiénico, lo cierto es que el almidón ayuda a disolver la suciedad. Una opción para quienes no quieren utilizar químicos. Un buen truco es dejar los utensilios a limpiar sumergidos en el agua, aún cuando esta está caliente. Tras unos minutos, hay que lavarlos como de costumbre.
6. Para hacer masas
Es ideal para utilizar en la elaboración de masas, sobre todo las saladas: masas de pan, de pizza o incluso las famosas cocas mallorquinas de trampó o de pimientos.
7. Como mascarilla para el pelo
El agua con almidón ayuda a mantener una cabellera más fuerte y brillante. Para conseguir este resultado, cuando el agua esté ya tibia, viértela sobre el pelo. Recógetelo con una toalla o una coleta y deja que el agua con almidón actúe durante unos diez o quince minutos. Trascurrido el tiempo, lávate el cabello con champú y acondicionador.
Una serie de trucos que apuntar y tener en cuenta para no desperdiciar agua, siendo más sostenibles, y ahorrándonos de paso algún que otro euro al mes.
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