Las paellas –escribía el autor valenciano– mostrábanse con la panza hollinada y las entrañas brillantes como plata, esperando el momento de chillar sobre las llamas; el arroz en sacos: caracoles de montaña en enormes cazuelas orladas de sal, saliendo del agua para mostrar sus movibles cuernos al sol naciente; en un rincón de toda una hornada de rollos o roscas de pan, esparciendo en aquel ambiente de sangre y grasa el perfume fragante del pan caliente y tierno; las especias, a libras…». Era la fiesta campera, los fogones de leña y en la descripción literaria, el acento naturalista, tan propio de Blasco Ibáñez (1867-1928), gran novelista, que nos relata cómo eran las costumbres de la huerta valenciana, en las que retrata y denuncia las condiciones de vida de la gente humilde.
Vicente Blasco Ibáñez y la paella del novelista
El escritor relata cómo eran las costumbres de la huerta valenciana; retrata y denuncia las condiciones de vida de la gente humilde
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