Quemaduras solares, recurrentes durante el verano en las playas. | Barni

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En pleno verano hay ganas de ponerse morenos. Sin embargo, es habitual que por falta de precaución, en lugar de morenos, acabemos rojos. Las quemaduras solares son muy frecuentes -y perjudiciales a la larga-, aunque en la mayor parte de casos no entrañan consecuencias graves. Los primeros síntomas aparecen entre la hora y las 24 horas posteriores a la exposición solar: enrojecimiento de la piel, sensación de ardor, dolor e hinchazón en la zona afectada, que está caliente y dolor de cabeza son consecuencias que entran dentro de lo normal. Se pueden aliviar con remedios caseros como la aplicación de crema hidratante de aloe vera, agua fría para refrescar la zona y, en caso de mucho dolor, con medicamentos analgésicos como ibuprofeno o paracetamol. En los siguientes días es normal que la capa superficial de la piel, la que ha absorbido en mayor medida la radiación, se escame y adquiera tonalidades irregulares.

Los síntomas más graves suelen llegar a su pico sobre las 72 horas posteriores a haber tomado el sol. Estos son los casos en los que sí que conviene acudir al médico:

  • Un número considerable de ampollas.
  • La quemadura viene acompañada de fiebre, escalofríos, náuseas o desorientación. Estos síntomas pueden evidenciar un golpe de calor, ante lo que puede ser necesaria la introducción intravenosa de líquidos.
  • Si te sale pus o las ampollas se tornan de color amarillo o rojo, puede ser síntoma de infección. Para tratarla es necesario un tratamiento antibiótico, recetado por un especialista.
  • Si pasada

Qué no hacer ante una quemadura

  • No coloques hielo sobre la quemadura, ya que podría empeorar la herida.
  • No te laves con el chorro de agua directamente sobre la quemadura. Mejor deja correr el agua y, para refrescarte la zona, aplica compresas de agua fría.