Conoce tres medidas para superar la apatía postvacacional. | Pexels - Lukas Rychvalsky

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Para la mayoría septiembre significa la vuelta a la rutina. Una vez finalizadas las vacaciones, el verano se encuentra en su puesta de sol. Esta presión emocional al tener que enfrentarse a las tareas laborales tras un descanso vacacional se conoce como síndrome postvacacional. Es común encontrarse con síntomas como fatiga, falta de apetito o vitalidad, somnolencia, cansancio o dolores musculares. Todo ello se debe a un problema de readaptación. Supone dejar de lado las costumbres de vacaciones, con horarios relajados y casi sin tareas, para retomar el estrés de las listas de cosas pendientes y horarios de oficina. Sin embargo, hay diferentes trucos para afrontar este estado de ánimo.

Consejos para superar la depresión postvacacional

Volver unos días antes de finalizar las vacaciones. Una manera muy fácil de combatir la tristeza tras los viajes es regresar al hogar antes de finalizar la temporada vacacional, así el cuerpo se adaptará poco a poco a la rutina antes de retomar el trabajo. Además, tendrás más tiempo para deshacer maletas y realizar tareas de la casa. Asimismo, reincorporarse a mitad de semana al trabajo puede ser beneficioso, ya que el fin de semana estará más cercano. Regular los horarios progresivamente. Al igual que los hábitos cambian, las horas de sueño y de comidas se ven desajustadas por la falta de prisa y compromisos en vacaciones. Para evitar un gran cambio de un día a otro que acabe fatigándonos, es recomendable reajustarse a los horarios laborales unos días previos a la incorporación.

Disfrutar de los momento libres. Los descansos al final de la jornada o las horas previas antes de empezar son ratos que se pueden aprovechar para hacer actividades que nos gustan, y así restar importancia al estrés laboral. Los fines de semana también son un breve periodo para reanudar la práctica de viejas aficiones o establecer unas nuevas. Adicionalmente, podemos preparar una pequeña escapada que quite el mal sabor de boca y establezca una motivación en el horizonte. Especialmente, organizar el calendario de puentes y días libres suele manifestarse como un incentivo.