La larga tradición otorga a Can Joan de s'Aigo un espléndido ambiente. | M. À. Cañellas
La mejor recomendación es siempre un clásico. Can Joan de s'Aigo, por su tradición y sobre todo por sus espléndidos chocolates y ensaimadas, se lleva la palma. Can Joan de s'Aigo fue fundado en el año 1700 siendo uno de los locales más antiguos de la ciudad.
Aunque tienen dos heladerías-chocolaterías, la del casco antiguo, en la calle Sans, es la más original por su magnífico enclave. Se encuentra a escasos metros de la plaza Santa Eulalia y el laberíntico recorrido que nos conduce hasta su entrada nos transporta a otra época. También su decoración interior, elegante, muy tradicional y sobria. Aquí podremos degustar como antes hemos comentado su chocolate con o sin nata, sus ensaimadas, sus cuartos, también una extensa variedad de helados, todos ellos también artesanos, como el de cava, frambuesa, melocotón, almendra... Los amantes del salado encontraran multitud de repostería que probar, pero si hay alguna a destacar sin lugar a dudas serian sus cocas de verdura de tamaño individual.