Algo sucedió en el Nou Camp de Morvedre. No está claro. Pero acabó marcando a fuego la relación entre Ingo Volckmann y José Joaquín Moreno Verdú. Tras el paso del Atlètic Balears por el feudo del Atlético Saguntino, propietario y el entrenador apenas volvieron a cruzar palabra. La grieta fue tan profunda que el mecenas alemán sopesó incluso la posibilidad de despedir a Josico tras consumarse su milagrosa clasificación para la fase de ascenso a Segunda. ¿Qué ocurrió en el descanso del Saguntino-ATB?
Circulan varias versiones, aunque es evidente que fue grave, al menos para Volckmann, que valoró la opción de echar al preparador manchego pocas horas después de consumarse el gran objetivo de la temporada. El Atlètic y Josico escenificaron el martes una ruptura amistosa. El club y el antiguo futbolista de Albacete, Villarreal y Las Palmas convocaron a los medios en Son Malferit y bajo un sol abrasador anunciaron un divorcio aparentemente pacífico. En el acto no estuvo presente Ingo Volckmann y fue Patrick Messow, director deportivo del club blanquiazul, quien acompañó a Josico.
Un adiós amistoso
Messow agradeció los servicios prestados al entrenador, aunque evitó pronunciar una frase habitual en estos casos —«tiene la puerta abierta»— y no fue casual. Las puertas del Atlètic Balears están cerradas para Josico. Al menos mientras Volckmann sea el gran jefe.
No es fácil entenderlo. Josicó llegó al banquillo del Atlètic Balears el 15 de marzo para sustituir a Christian Ziege. Con el equipo a diez puntos de distancia del playoff y con solo nueve jornadas por delante, el club le encargó la misión de que el equipo protagonizara un final digno. Josico se estrenó con un triunfo sobre el Lleida (2-1) y siete dias después goleó al Hospitalet (0-4). La racha continuo en casa ante el Prat (1-0) y se prolongó en una visita al Espanyol B (1-3). Las cuatro victorias consecutivas del ATB llegaron acompañadas de las dudas del Badalona. Cuando nadie lo esperaba, el cuadro blanquiazul se había metido de lleno en la lucha por alcanzar la cuarta posición.
Josico había transformado el ATB, que en apenas cuatro partidos exhibía solidez, oficio y pegada. El Atlètic vulnerable y poco fiable de Ziege se había esfumado y la competición observaba con atención a un conjunto que se movía a velocidad de crucero. Casi todas las miradas observaban a Josico y su explosivo método.
El Atlètic certificó su clasificación para los playoffs en la última jornada. Ganó al Alcoyano de Seligrat y el Atlético Levante derrotó al Badalona, un requisito indispensable para que se desatara la locura en Son Malferit. Josico era un héroe, pero su relación con el dueño del club estaba rota desde hacía semanas. La dirección deportiva del ATB había empezado a buscarle un sustituto y Volckmann había ordenado que se zanjaran las negociaciones para prolongar su contrato.
Pocos días antes del partido ante el Toledo, el máximo accionista expresó en su círculo de confianza su intención de despedir a Josico, aunque finalmente fue disuadido. «Hubiera sido un escándalo. Nadie hubiera entendido la decisión...», explica a este diario uno de los asesores de Volckmann.
Durante la rueda de prensa de despedida, Josico argumentó que abandonaba el Atlètic por motivos personales, aunque detrás de esa ambigüedad se oculta un conflicto de calado con la propiedad. «Ha sido Ingo quien ha decidido que Josico no continuara y lo ha hecho por una cuestión de imagen», añade la misma fuente.
Una etapa turbulenta
En el Atlètic han decidido no hablar más del asunto, aunque aluden a la turbulenta etapa de Josico en el Jumilla. Al parecer la contratación de Josico por el conjunto murciamo fue poco ortodoxa. Con problemas para hacer frente a sus obligaciones financieras, el Jumilla acabó cerrando un acuerdo de asistencia económica y deportiva con Eduardo Espada Gallardo, que ejerció de prestamista y dejó al club 20.000 euros en unas condiciones que rozan la usura, aunque uno de los aspectos que más llaman la atención en el contrato suscrito entre Espada y el Jumilla es la clásula 4.2 del convenio, que establece que la concesión del prestamo está vinculada al despido de Jordi Fabregat y el nombramiento de Josico.
Unos pocos meses después, el exentrenador del ATB abandona el Jumilla enfrentado a la directiva y con un grave cruce de acusaciones. Una parte del conflicto deberá resolverse en los juzgados, ya que el CF Jumilla acabó querellándose contra Josico por un presunto delito de estafa y falsificación y uso de documento mercantil. Al parecer, alguien falsificó la firma del presidente del Jumilla en el contrato que vinculaba a Josico y al club. «La situación en Jumilla era surrealista. En mercado de invierno nos reforzamos. El equipo empieza a ganar y estaba trabajando a gusto. El problema empieza cuando me insinúan que tengo que alinear a varios jugadores, y como es normal yo me niego...», explicó recientemente el entrenador en una entrevista concedida al programa Fora de Joc de Canal 4.
Una extraña gestión
Con Josico al frente de las operaciones, el Atlètic superó al Toledo en la primera eliminatoria de ascenso y disparó las expectativas. Ganó en Son Malferit (1-0) y también en el Salto del Caballo (1-2). El Albacete fue su siguiente rival. El campeón del Grupo II era un rival temible, pero el Atlètic no tardó en dejar claro que quería seguir soñando. Tras el empate en el partido de ida (1-1), el cuadro blanquiazul completó un partido soberbio en el Carlos Belmonte, aunque nadie acabó de entender los movimientos de Josico.
Con empate en el marcador y la eliminatoria equilibrada, Josico decidió retirar del campo a Xisco Hernández, una de las grandes referencias del equipo, y dar entrada a Guillem Vallori, un central que además arrastraba problemas físicos. Nueve minutos después, realizó otro cambio difícilmente comprensible: Kike López por Esteban. El empate a uno seguía en el marcador...
«Evidentemente, todo es opinable, pero hay que reconocer que los cambios que realizó Josico no son muy normales. El equipo estaba jugando muy bien y estos movimientos sólo empeoraron al Atlètic», subraya uno de los hombres de confianza del propietario. Tras el partido de Albacete, Ingo Volckmann bajó al terreno de juego y se fundió en un abrazo con varios futbolistas. En todo momento evitó a Josico.
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No hay nada de "extraño": simplemente el Baleares no tiene un duro para poder renovar al entrenador. No hay más.