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El Atlético Baleares ha caído en su visita a Olot (1-0) y se hunde un poco más en la clasificación. Se coloca penúltimo a seis puntos de la salvación.

Era una final, se ha competido pero no se ha podido o sabido ganar. El Olot, que ha salido más decidido por el encuentro en los primeros minutos, se ha hecho con el control del encuentro en cuanto el ATB le ha dejado. A pesar de las arrancadas de Canario, un partido más, muy activo en ataque, eran los catalanes los que llevaban más peligro. Así, en el 17 y tras un córner, se adelantaban los de Raúl Garrido. Barnils remató en segunda instancia tras un primer cabezazo de un compañero. Fue un jarro de agua fría, pero muy fría.

Tocaba remar a contracorriente y este equipo no está para eso, a pesar de ello lo ha intentado. Mandiola, que había apostado por Alles como titular, rápidamente rectificó su error y sustituyó a un desaparecido uruguayo en el minuto 30 por Julio Delgado. Manera inequívoca de señalar al 'Flaco', que no da la talla para este equipo.

El primer disparo de los blanquiazules llegó en el minuto 35 pero el intento de Canario se marchó desviado. Esto fue toda la producción ofensiva del ATB en la primera mitad. Pobre, muy pobre, para un conjunto que se jugaba mucho hoy.

La segunda mitad arrancó con un ATB dispuesto a echar el resto para conseguir, al menos, un empate y en el 53 desperdició una ocasión clarísima. Una gran combinación entre Julio Delgado y Canario por la izquierda, dejó al gallego solo dentro del área y su centro-chut no encontró ni la portería ni a Hugo Díaz, que se lanzó con todo a por el balón pero no llegó. Era un serio aviso. Cinco minutos después Xavi Ginard se erigió en el salvador de su equipo con un paradón a un recurso técnico de Hugo, que remató de espuela casi a bocajarro.

El Olot dejaba jugar al Atlético Baleares, que seguía ganando metros pero sin llevar peligro. Si consiguió inquietar a Aulestia el local Alfredo, que en el 75, con todo a su favor disparó alto. Podía haber sido la estocada definitiva. Poco después le llegaba el turno a los de Mandiola, pero se toparon otra vez con la figura de Ginard, que se salvó un gol cantado. Enorme el guardameta de Artà.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo de los blanquiazules que vieron como en el descuento Vallori la tuvo de cabeza después de un córner. Pero hoy no quería entrar el balón. Eso y que estaba Ginard en la portería del Olot.