Oinatz Aulestia, en una imagen captada en Son Malferit esta temporada. | Joan Torres

TW
2

Oinatz Aulestia seguirá parando balones en el Club Deportivo El Ejido tras finalizar su etapa en el Atlètic Balears. El futbolista agradece el trato que siempre le ha dispensado la afición y afirma que se lleva muchos y gratos recuerdos de su estancia en el ATB. Sin embargo, las circunstancias que ha vivido esta temporada en Son Malferit le han impulsado a tomar la decisión de cambiar de aires. Oinatz suma 438 partidos en categoría profesional, lo que le convierten en uno de los guardametas más fiables de la categoría de bronce.

—¿Con qué sensaciones deja el Atlètic Baleares?
—Sensaciones diferentes porque de un año a otro pasamos de luchar por el ascenso y este año, parecía que el reto sería subir y al final hemos tenido que luchar por no bajar. Estoy contento por no descender, pero me voy con un sabor agridulce.

—¿Por qué se va?
—Voy a ser claro, decido que mi etapa acaba cuando no juego el partido contra el Cornellà en casa. Horacio [Melgarejo] decide no ponerme después del partido que hice contra el Alcoyano y ahí es cuando decido que mi ciclo aquí acabó y que me tengo que marchar. He intentado ayudar en la medida de lo posible para salvar la categoría.

—Hace usted referencia al partido que disputó el ATB en Alcoy y donde su actuación fue clave para salvar un punto. El partido siguiente el entrenador, en ese momento Melgarejo, decide contra todo pronóstico no alinearle.
—Hablé con Horacio y todo quedó arreglado, me contó cuál era la situación y a raíz de eso y de relatarme cuál era decidí que mi etapa aquí en el Atlètic había acabado.

—¿Pudo marcharse en el mercado de invierno?
—Es cierto que intenté salir, pero luego Carl se lesionó en el ojo y al final acabé jugando otra vez y no me marché.

—¿De haber jugado más durante todo el año la decisión por su parte ahora sería diferente?
—No es una cuestión de haber jugado más o menos, no es eso, al final jugar más o menos te lo ganas en los entrenamientos o en los partidos que te toca jugar. La cuestión es que yo entiendo el fútbol de una manera y el club de otra y así no me interesaba continuar. En esta situación no quería seguir.

—¿Entendió usted la medida de Armando de la Morena de rotar los porteros?
—Lo llevábamos bien dentro de lo que cabe. Él creía que los dos lo podíamos hacer bien, que nos quería enchufados y estuvimos bien cuando teníamos que jugar. Es una situación rara porque no me ha tocado vivirla así mucha veces, pero era decisión del entrenador. Hay cosas en las que uno no puede hacer nada y debía entrenar bien para que el técnico me diera más partidos.

—Pero de la noche a la mañana se acabó el criterio de las rotaciones...
—Sí. Hubo una época que dio continuidad al otro compañero, pero Armando vino a hablar conmigo, me dijo que seguiría haciendo rotaciones, que contaría conmigo y después vino Horacio y pensaba que cambiaría la situación y más después de la actuación que tuve contra el Alcoyano y vi que no fue así. Ahí es donde tomé la decisión.

—¿Le interesaba más al club que jugara Carl? ¿Cree que había directrices para que jugara él?
—No voy a entrar a valorar esta cuestión porque no quiero salir mal del club...yo estoy agradecido de la oportunidad que me han dado de estar aquí dos años y no quiero entrar en detalles respecto a este tema.

—Al margen de estas situaciones, ¿qué se lleva de su etapa en el Atlètic Baleares?
—Me quedo con las últimas jornadas de cada temporada y la alegría que vivimos por clasificarnos por el playoff el año pasado y también de este por lograr la permanencia. Estas últimas dos jornadas de cada año fueron de mucha alegría.

—¿Qué pasa en el Atlètic que cada año invierte mucho dinero y a excepción del año pasado no hay manera de dar el salto de calidad?
—Tengo mi opinión, pero me la guardo. Seguro que vosotros y todos saben cómo se hacen las cosas y cada uno tiene su opinión.

—¿Que mensaje envía a la afición del Atlètic?
—Ha sido un placer jugar aquí estos dos años y deseo mucha suerte al Atlètic Baleares y también a su afición y esperar que el próximo año se consiga el objetivo.