El guardameta mallorquín, que durante las últimas temporadas ha recalado en Olot, llevaba tiempo coqueteando con su antiguo equipo, aunque el contrato de larga duración que había firmado con el conjunto catalán parecía imposibilitar su llegada.
Patrick Messow negoció su incorporación durante la apertura del pasado mercado de invierno. Había ciertas dudas sobre el rendimiento de Carl Klaus y Mandiola reclamó al club que intentara elevar el nivel de competencia. Ginard fue la primera opción que manejó la dirección deportiva, pero el Olot se cerró en banda y el ATB tuvo que cambiar de objetivo. Las miradas se dirigieron entonces hacia Rubén Miño, exguardameta del Mallorca, Oviedo y Albacete. El catalán llegó a entrenar bajo las órdenes de Manix Mandiola, pero nunca llegó a firmar contrato con el ATB. En esta tesitura, el club acabó apostando por el experimentado Manu Herrera.
A pesar de su recorrido, Herrera nunca logró arrebatarle la titularidad a Klaus, que exhibió su mejor versión tras el desembarco del madrileño.
Con la contratación de Pedro Orfila, el Atlético da por apuntalada su línea defensiva. De hecho, el asturiano será el quinto zaguero que incorpora el club tras la llegada de Luca Ferrone, Aurtenetxe, Checa y Borja San Emeterior, futbolistas a los que se suman Guillem Vallori y José Peris, que semanas atrás firmaron su renovación.
Aunque durante las últimas temporadas ha actuado de lateral derecho, Pedro Orfila también se maneja con solvencia en el eje de la defensa. Formado en las categorías inferiores del Sporting de Gijón, equipo con el que ha llegado a jugar en Primera División en tres etapas distintas, el de Luanco ha vivido en Segunda B durante las dos últimas temporadas. En Murcia (2017/18) fue titular indiscutible, situación que varió la campaña pasada en el Cartagena, donde fue alineado en 16 partidos.
