Ni con Xavi Calm. Ni con Eloy Jiménez. El ATB sigue sumido en la nada. No tiene un plan concreto y está metido en la indefinición más absoluta. El club de la Vía de Cintura despidió el entrenador catalán para alterar los biorritmos del vestuario, pero el grupo desprende las mismas sensaciones que antes. Atrás es incapaz de sellar la portería y arriba la pareja Dioni-Vinicius no aporta la mordiente del arranque de campeonato.
En la Ciudad Deportiva del Sevilla, René Román y Canario acudieron al rescate de un ATB que ya perdía antes de situarse sobre el terreno de juego y que volvió a la cueva cuando selló el empate. Defender a muerte el punto para un equipo de media tabla que aspira a mantener la categoría es loable y digno. Pero para uno de los transatlánticos de la categoría, para una institución que presume de haber realizado el mayor desembolso de su historia reciente y que aspira al ascenso a Segunda, pertrecharse atrás para proteger el empate en el feudo del filial del Sevilla se antoja una propuesta demasiado pobre. Demasiado simple.
El Atlètic ya comienza a ver con prismáticos el ascenso directo -el Albacete le aventaja ya en once puntos-, y se jugará las opciones de playoff -ahora es cuarto a siete puntos del tercero- con un puñado de enemigos. No es una cuestión solo de llegar, sino de cómo llegas. Y con partidos como el de ayer, el ascenso parece una quimera...
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