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No hay margen de error, sólo vale ganar y el Bàsquet Mallorca se encomienda al factor Palau para intentar romper su peor dinámica del curso -una victoria en los últimos ocho encuentros- y dar un paso al frente de cara a una salvación que se complica. Los de Xavi Sastre reciben (12:15 horas, IB3 Televisió) al Cáceres 2016 con el triunfo como única consigna. Tras las victorias de Cornellà, Palencia y Tarragona, las plazas de 'playout' -eliminatoria por la permanencia- quedan a un triunfo, lo que hace más urgente el volver a vencer.
No es el Cáceres 2016 el rival más asequible, pese a que los de Aranzana no son uno de los mejores visitantes. Tres derrotas consecutivas lejos de su cancha no impiden a los extremeños estar inmersos en la lucha por una plaza en las series de ascenso. Eso sí, ante el León (82-59), el Cáceres ofreció una versión a la que quieren dar continuidad frente a un Mallorca que pone toda la carne en el asador para perseguir un triunfo vital de cara al futuro.

Intensidad

Xavi Sastre ha reclamado a sus hombres un esfuerzo extra, en especial en el rebote, para evitar dar segundas oportunidades a sus adversarios. «Habrá que salir con rabia, estamos en una situación difícil y afrontamos un partido muy complicado. Cáceres tiene una plantilla diseñada para los 'playoff', además, no dependen de un solo jugador para ganar los partidos», recuerda el preparador balear, que contará con todos sus efectivos para sumar la duodécima victoria y reeditar el buen resultado de la ida, cuando los naranjas tomaron Cáceres (82-85). Con cuatro partidos en casa en lo que resta de campaña regular, el Palau será determinante para los intereses naranjas. Pese a ello, Sastre no esconde que «no puede haber excusas de calendario, al final todos juegan contra todos». Las limitaciones del vestuario y los problemas que atraviesa el club no puede afectar al rendimiento en la pista, y eso lo sabe Xavi Sastre, que recuerda que «afrontamos estos últimos partidos muy justos, tenemos una plantilla corta y eso repercute directamente en la dinámica de resultados, pero eso no sirve de excusa». El técnico explica que «nos hemos mentalizado para defender, siendo conscientes que nuestra defensa acaba cuando recuperamos el balón, no cuando el equipo rival lanza a canasta», en referencia al hándicap del rebote.