Olympiacos 68
REGAL FC BARCELONA: Rubio (9), Navarro (21), Mickeal (14), Lorbek (8), N'dong (7) --cinco inicial--; Basile (6), Trias (0), Lakovic (0), Vázquez (6), Morris (8), Sada (7) y Grimau (0).
OLYMPIACOS: Penn (0), Teodosic (10), Childress (15), Kleiza (13), Schortsanitis (6) --cinco inicial--; Papaloukas (12), Vujcic (2), Vasilopoulos (0), Bourousis (9), Halperin (0), Mavrokefalides (1) y Beverley (0).
Parciales: 28-19, 19-17, 17-14 y 22-18.
Àrbitros: Brazauskas (LIT), Bachar (ISR) y Chambon (FRA). Eliminaron a Kleiza en el Olympiacos.
'A la tercera, va la vencida', y esta noche más que nunca, y es que con la victoria del Regal FC Barcelona en la final sobre Olympiacos (86-68) el equipo blaugrana consiguió su segunda Euroliga de la historia y la primera en París, donde en este mismo Palais Omnisports de Bercy perdió en dos anteriores ocasiones.
Con un juego espectacular, que anuló por completo al proyecto multimillonario de los griegos, los blaugrana pusieron el broche de oro a una temporada en la que han hecho el mejor baloncesto de Europa. Hoy, entonces, se puede decir que se hizo justicia con un equipo que dominó el partido de principio a fin liderado por Navarro en pista, que se ganó su también segunda Euroliga y fue designado 'MVP' de la 'Final Four', y por Pascual en el banquillo.
De momento, este espectacular equipo ha ganado ya la Euroliga y la Copa del Rey, mientras que en la ACB se ha asegurado ya el liderato en la Liga Regular y afrontará los 'play-offs' por el título con toda la ilusión posible por repetir el triplete de la temporada 2003, cuando ganaron todo lo que jugaron.
'Correr con el balón', les debió decir Xavi Pascual a los suyos. Fuera o no fuera así, Ricky Rubio impregnó una velocidad inusual en este Barcelona y ahogó a unos griegos que, con 'Baby Shaq' Schortsanitis en pista, no pudieron seguir el ritmo. A la velocidad, los catalanes le sumaron intensidad, cerraron muy bien el rebote y aún así todavía guardaron ases en la manga.
Fueron superiores en casi todas las facetas del juego, y es que solo, y por muy poco, estuvieron más acertados los griegos en los triples. Sin embargo, fue un logro tremendo evitar que Papaloukas dominara el partido cuando ingresaba en pista. A marcador bajo tenía más opciones Olympiacos, y por ello el Barcelona forzó para llegar al descanso con 47-36 en el marcador.
El técnico dijo en la previa del encuentro que estaban preparados para peinar cualquier fleco en la estrategia. Y así fue, ya que tras unos primeros minutos de intercambio de canastas, Mickeal y Navarro se asociaron para ir arriba. El escolta recuperó su efectividad en el triple y lanzó alguna que otra bomba, mientras que 'Fisherman' estuvo ahí, donde hace falta, para ayudar. A falta de 3 minutos para el primer cuarto, la diferencia subió a más 7 (20-13).
Fue clave también Fran Vázquez, imparable el gallego bajo el aro. Se puso el mono de trabajo y puso tapones por doquier, hasta 4 en unos minutos. Sofoklis Schortsanitis era temido, pero el poco tiempo que su cuerpo le permite estar en pista Vázquez le mantuvo a raya. Además, se mostró seguro en el tiro y contagió a sus compañeros el ánimo y las ganas por fundirse en búsqueda de la victoria. Al final del cuarto, un marcador de escándalo (28-19).
Lejos de invitar al incómodo Olympiacos a meterse en el partido, en el primer ataque Basile clavó un triple tras dos rebotes ofensivos. Además, Pascual desplegó un quinteto muy defensivo --Sada, Basile, Grimau, Morris, Vázquez-- para defender el resultado y evitar cualquier reacción en cadena. Funcionó la estrategia, y es que además estuvieron finos en ataque y abrieron más brecha.
En la reanudación se vieron los peores minutos del Barcelona. Un parcial bueno para los griegos despertó el recuerdo del 91 y 96, así como la final del 97 cuando los del Pireo superaron al Barça. Sin embargo, con paciencia y saber estar en la pista, dejando los nervios en el banquillo, el partido se calmó y fue el Barcelona quien cogió de nuevo las riendas, sobre todo cuando un intenso Ricky desplegó su juego. Teodosic es 'MVP' del año, pero Ricky Rubio le ganó la partida en pista.
Al llegar al último periodo, el Barça puso a los tiradores en pista para no pasar apuros en los minutos finales. Se llegó a una máxima de 16 puntos (66-50), que se mantuvo cercana durante muchos minutos. Olympiacos incluso bajó los brazos, y su afición se calló por primera vez en toda la 'Final Four'. Este Barça dio una lección, no solo hoy sino en toda la temporada, y se llevó como justo vencedor la Euroliga.
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