Pasada la agridulce página del Mundial, un nuevo frente se abre en el horizonte de Rudy Fernández. El futuro del escolta mallorquín lleva todo el verano en el aire, y el arranque de la pretemporada en la NBA acelera las gestiones para resolver uno de los culebrones que rodean al mercado de la mejor liga del planeta. Rudy no quiere seguir en Portland, o al menos en las actuales condiciones. Así lo hizo público su agente estadounidense, Andy Miller -y le costó 25 mil dólares de multa por parte de la NBA-. Pese a ello, la franquicia de Oregón, y su máximo responsable técnico, Nate McMillan, le esperan el próximo día 27, cuando se inicia el Training Camp de los Blazers. Eso sí, el técnico admitió días atrás que «todo se arreglará antes de iniciarse la temporada», aunque cuenta con su concurso.
En los despachos, la actividad no se ha detenido a lo largo del verano. El nuevo General Manager de los Blazers, Rich Cho, mantiene abierta la vía del traspaso, y no faltan pretendientes, pese a que se aguarda una oferta a la altura de un jugador cuya cotización se dispara teniendo en cuenta su salario (1'2 millones de dólares en la temporada 2010/11, pudiendo ser de 2'2 si los Blazers le amplían el contrato un año más) y sus prestaciones.
Boston Celtics, New York Knicks y Chicago Bulls siguen a la expectativas los movimientos que rodean al futuro de Rudy. Los de la Gran Manzana insistieron de la mano de su presidente, sin hallar respuesta por parte de Cho. Los Bulls aprietan fuerte en la recta final, pero el General Manager de los Blazers sigue buscando un ofrecimiento a la altura de Rudy. En especial, Portland quiere una primera opción del Draft lo más próxima posible, algo al alcance de pocas franquicias a estas alturas.
Margen
Los próximos quince días van a resultar claves para entender el futuro del mallorquín, que no descarta regresar a Europa, aunque las condiciones para salir de la NBA resultan demasiado complejas, siendo un traspaso la opción más factible. Barcelona y Panathinaikos no esconden su interés por Rudy, al igual que lo hiciera meses atrás el Real Madrid e incluso el CSKA de Moscú. En el viejo continente, sus ingresos crecerían de forma notable, aunque la motivación de seguir en la NBA sigue latente, pese a su mala experiencia a lo largo de la última temporada.
Tanto Portland como Rudy y sus agentes buscan una salida rápida y limpia, sabedores de que sus opciones de tener minutos y continuidad en la franquicia de Oregón son limitadas con Nate McMillan en el banquillo.
Portland quiere evitar problemas ante una posible ausencia de Rudy en la pretemporada, por lo que la salida del balear se contempla con buenos ojos. Así, los próximos días serán claves para su porvenir deportivo. Con McMillan, las motivaciones en Portland parecen escasas, y pretendientes no le faltan a un jugador que todavía tiene mucho que decir al otro lado del Atlántico.
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