El alero del Barcelona, Álex abrines (c), tira a canasta ante el ala-pívot georgiano del Unicaja Will Thomas(d). | Efe

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Unicaja 62 - 80 F.C. Barcelona

Unicaja (15+16+12+19): Markovic (3), Jackson (8), Kuzminskas (12), Thomas (9) y Vázquez (7) -cinco inicial-, Díaz (-), Hendrix (9), Díez (3), Suárez (-), Smith (2), Gabriel (5) y Nedovic (4).

FC Barcelona Lassa (22+15+20+23): Satoransky (-), Ribas (15), Perperoglou (13), Doellman (7) y Lawal (6) -equipo titular-, Abrines (4), Vezenkov (8), Diagné (2), Eriksson (-), Oleson (9), Arroyo (10) y Tomic (6).

Árbitros: García González, Pérez Pérez y Peruga. Sin eliminados.

Tras una dura temporada en blanco, el Barcelona Lassa volvió hoy a la senda de los títulos con su sexta Supercopa Endesa, lograda a costa de un impotente Unicaja que se quedó con la miel en los labios ante su afición y bajó demasiado sus prestaciones respecto a la semifinal jugada frente al Real Madrid.

Con más facilidad de la prevista tras lo visto el viernes, el equipo de Xavi Pascual basó su balsámico triunfo en la seriedad defensiva y en el dominio en el rebote ante un rival al que nada le salía y que fue a remolque en el marcador desde las postrimerías del primer cuarto.

Los 15 puntos de Pau Ribas y los 13 de Stratos Perperoglou, junto a la aportación ofensiva de Brad Oleson y Aleksandar Vezenkov, suplieron la baja de Juan Carlos Navarro y supusieron una losa para el equipo local, muy fallón toda la tarde ante un rival más rodado en el primer torneo oficial de la temporada.

Como le ocurrió en semifinales, el Unicaja arrancó el choque errando casi todos sus tiros y tardó casi cuatro minutos en anotar su primera canasta en juego, aunque compensaba su desatino con un mayor dominio en el rebote que le otorgó las primeras ventajas tras un triple de Edwin Jackson a su exequipo en el ecuador del cuarto.

Con un parcial de 7-0 se pasó de un 3-5 al 10-5 a favor de los andaluces y se vivieron unos minutos intensos, con grandes defensas en ambas zonas, especialmente intensas debajo del aro.

Dos triples consecutivos de Brad Oleson y otro de Justin Doellman, con el Unicaja plantado en los 15 puntos durante demasiado tiempo, volvieron a darle ventaja a los de Xavi Pascual, que acabaron el cuarto con un parcial de 13-0 en dos minutos que le ponía en franquicia en el marcador (15-22).

El segundo acto Unicaja llegó a ponerse a tiro tras un triple de Dani Díez (22-24, min 13) pero Shane Lawal y Doellman cerraron la zona y no permitieron lanzamientos fáciles a unos anfitriones a los que le faltaba la frescura que tuvieron un día antes frente al Real Madrid.

La seriedad de los de Xavi Pascual, bien dirigidos por Carlos Arroyo y con Pau Ribas como letal estilete, los mantuvo por delante hasta el descanso con ventajas que oscilaron entre los dos y los ocho puntos y al final se quedaron en seis (31-37).

El paso por vestuarios no cambió mucho el panorama y la emoción propia de una final superaba al buen juego de dos equipos que empiezan el curso con muchas caras nuevas en sus filas.

Costaba un mundo anotar y, cuando el Unicaja se acercaba con triples de Markovic o Thomas, respondía veloz su rival desde la misma distancia a través de Oleson o Perperoglou (42-50, min 26), manteniendo un colchón de puntos que le daban cierta tranquilidad.

Un nuevo arreón catalán, con un parcial de 0-7 que selló Vezenkov desde el triple, apagó el empuje de los aficionados malagueños (43-57), que se vieron catorce puntos abajo a la conclusión del tercer cuarto.

Arroyo acertó desde la línea de 6,75 nada más comenzar el último acto y Lawal subió a 19 la ventaja (43-62, min 31), dejando los últimos minutos de la final como una mera demostración de la distancia existente entre una y otra plantilla a día de hoy.

El Unicaja perdió su segunda final de la Supercopa ante su afición ante un necesitado Barcelona que sumo su sexto título y mira con más optimismo el nuevo curso.