Por palmarés el Real Madrid arrasaría al Fenerbahce. Nueve Copas de Europa por ninguna es un balance que no admite discusión, pero el equipo turco lleva años invirtiendo mucho dinero para poder subir al trono europeo por primera vez y la ocasión le parece pintiparada.
Será la tercera Final a Cuatro consecutiva para los de Zeljko Obradovic, para 'Mister Euroliga' que acumula ocho títulos de forma individual con cuatro equipos distintos.
En 2015, en Madrid, y en el mismo enfrentamiento que se jugará este viernes en Estambul, los españoles supieron ganar a un inexperto, en estas lides, Fenerbahce.
En 2016 llegó la revancha para los otomanos y el Fenerbahce ganó al Madrid en los playoffs de cuartos por un contundente 3-0. Los de Obradovic llegaron a la final pero cayeron ante el CSKA.
Ahora, en casa, quieren subir el último escalón y ganar su primer título para sus vitrinas y para todo el baloncesto turco que nunca ha conseguido reinar en Europa pese a ser los más poderosos, económicamente hablando, en los últimos años.
El Fenerbahce llega crecido a la fase final después de haber arrasado al Panathinaikos con el factor cancha en contra por un rotundo 0-3.
Las lesiones de los de Obradovic han quedado atrás y con una plantilla de relumbrón al pleno de posibilidades han enseñado los dientes.
El Madrid es consciente de la fortaleza del rival, de que jugará con el ambiente en contra y de que deberá hacer un gran partido si quiere jugar la final el domingo y poder luchar por la Décima, pero su liderazgo en la fase regular y la mayor presión de los turcos por jugar en casa también pueden pesar en la decisión. «El ambiente da igual, es una final», dijo Laso antes de viajar a Estambul.
Con dos plantillas de lujo, el partido entre Fenerbahce y Real Madrid podría ser perfectamente una final. «No nos da vértigo jugarnos gran parte del éxito a un partido. La Final Four me transmite ilusión, no vértigo», apuntó el técnico.
Laso pasó revista al Fenerbahce. «Tiene un gran juego exterior, jugadores de 'pick and roll', con bote, muy agresivos como Sloukas, Bogdanovic y Dixon con mucha amenaza de tres puntos. Luego tiene un juego medio con Kalinic, Datome, Nunnally y Antic que se mueven en posición de 3-4 y tienen un buen tiro exterior, pueden ir al poste, rebotean, son buenos defensores y luego, por supuesto, dos pívots muy dominantes como son Udoh y Vesely».
Pero el Madrid no se queda atrás en ninguno de los puestos de juego y llevan demostrando toda la temporada que su fiabilidad es muy grande y que, sobre todo, en los partidos importantes hay que contar con ellos.
Ekpe Udoh les hizo un traje bajo los aros (en el argot baloncestístico) el año pasado, pero ahora está más avisados.
Los dos entrenadores se conocen a la perfección -Obradovic incluso llegó a entrenar a Laso- y habrán preparado «algunas cosas» nuevas para confundir al rival y sacar provecho de situaciones especiales.
Los pequeños detalles decidirán, como dicen los entrenadores, en un partido que se presume intenso, duro y muy cerrado en su desarrollo y conclusión. «Una auténtica guerra», como dijeron algunos jugadores del Real Madrid.
La Décima no tiene un camino de rosas por delante.
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