Marina Delgado posa para este diario en el polideportivo Toni Pizà de sa Indioteria. | Pere Bota

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El baloncesto le ha brindado una segunda oportunidad a una de las jugadoras mallorquinas con mejor palmarés con las selecciones nacionales de formación. Ante el Advisoria Maresme y tras un interminable año de espera, analíticas, confinamiento y muchas dudas, Marina Delgado Pontes (Palma, 1992) volvía a sentirse jugadora. Esos 19 minutos (7 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 2 recuperaciones) fueron «algo inolvidable» para la base formada en el CTEIB, que tras tres años en Ferrol, regresó a Mallorca para trazar la nueva vida que se le presenta y disfrutar de su pasión vistiendo la camiseta del Edbaser Andratx en la Liga Femenina 2.

La larga espera para volver «a sentirme jugadora» se inició en la pretemporada 2019/20. Entonces, se cruzó en la vida de Marina esa ‘enfermedad invisible' que es el Lupus. «Lo primero que pregunté a los médicos tras el diagnóstico fue si podría volver a jugar, sin obtener una respuesta clara... Y un año después lo logré, aunque ha sido un largo camino», admite la uno palmesana. La llamada de José Luis Alberola, la opción de volver a casa en Liga Femenina 2, el apoyo de Bárbara Llull, la opción de entrenar a dos equipos en Sa Indioteria y acabar sus estudios de Psicología (se orientará hacia la rama deportiva) formaron una combinación perfecta para que la doble campeona de Europa (Sub 16 y 20) hiciera las maletas tras muchos años alejada de la Isla: Celta, Zamarat y Ferrol se reparten su trayectoria en Liga Femenina 1 y 2 a lo largo de la última década. «Yo tenía la idea de recuperarme, y después reengancharme, aunque fuera en Autonómica o entrenando. Pero surgió la opción de Andratx... Ellos me conocen bien, yo sé cómo trabajan y lo que puedo aportarle en cada instante», explica Marina, quien cuenta con un permiso médico para jugar, aunque la patología autoinmune crónica con la que deberá convivir le obliga a «tener un seguimiento médico regular. Le llaman la ‘enfermedad invisible', no tiene curación y si no la tienes, no sabes realmente lo que es. He recibido una prescripción para tomar medicamientos por los controles antidopaje», añade Delgado.

El síntoma que más sufre es «el cansancio. Pero las ganas de jugar hacen que lo intente llevar mejor, aunque sé que tengo que dosificarme. He aprendido a ir día a día», admite Marina, que apuesta por la progresión del Edbaser Andratx en su segunda etapa en la categoría, «construyendo poco a poco un equipo y dando pasos», asegura.