Su padre, Xavi Sastre, tiene un largo recorrido como entrenador profesional y seleccionador balear; su madre, Lali Casalí, fue jugadora de Sant Josep, Flavia o Jovent, codeándose con la élite. Ahora, ambos dirigen al júnior y la escoleta, respectivamente, dentro de una relación «en la que todos aportamos. Su experiencia ayuda y suma, siempre me he sentido apoyado. A nivel de club, mi labor básicamente es coordinar los entrenamientos, horarios y demás temas del día a día», refiere Xavi Sastre júnior, a quien el Campus que organizaba su padre le abrió las puertas de Santa Mónica. «Y hemos crecido paso a paso hasta tener 178 jugadores y tener unas muy buenas instalaciones», afirma el ahora responsable técnico del club.
Activos
Toda la familia está o ha estado vinculada al baloncesto, algo que lo que «hablamos en casa... Estamos enfermos», bromea Xavi hijo, a lo que apunta su padre admitiendo que, «la que disfruta más de este deporte es mi mujer, que tiene mucha mano para conectar y enganchar con los más pequeños. Y lo que más me llena, es que al final, el baloncesto ha logrado unirnos más todavía», refiere. Aunque no renuncia a volver a la primera línea, Xavi Sastre disfrutar de su etapa al frente del júnior. «No pensaba que iba a pasar tanto gusto. Fue un cambio fuerte, de horarios, categoría... Tenía dudas, pero creo que ha sido una de las decisiones más acertadas de mi vida», añade. Orgullosa de su hijo, Lali Casalí recuerda que «hemos estado en todos los frentes», y a la vez, celebra que su hijo «pueda dedicarse a lo que le gusta. Está muy al día en formación y, como padres, todo esto supone un gran orgullo». El de una familia volcada con el baloncesto.
El apunte
Un técnico de LEB en la Policía Local
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