Al igual que ocurrió en las cinco ocasiones anteriores en las que se vieron las caras, incluyendo la final de 2017, el Real Madrid se impuso al equipo taronja, aunque en esta ocasión de una forma más contundente con el Martín Carpena de Málaga como testigo. Este domingo intentará ganar un trofeo que solo ha podido llevarse en una de las últimas seis ediciones y en el que el Barça le pisa los talones, con un título menos.
El triunfo en los de Chus Mateo fue coral, aunque destacaron Vincent Poirier (10 puntos, 8 rebotes), Dzanan Musa (18 y 5), Guerschon Yabulese (14 y 6) o Facundo Campazzo (10 puntos y nueve asistencias).
El protagonismo inicial de la primera semifinal estaba bajo aros, donde se peleaba cada rebote como si fuera el último y Walter Tavares empezaba a imponer su ley. Brandon Davies prefería evitar al puertorriqueño saliéndose al perímetro, donde hizo daño con dos rápidos triples.
El problema era que en eso quedó la producción ofensiva del valencia durante los primeros siete minutos, en los que falló los seis lanzamientos de dos puntos que intentó. Para colmo de males, perdían la batalla del rebote y Davies cometió su segunda falta en menos de tres minutos.
Gabriel Deck lideraba el ataque blanco, bien secundado por Dzanan Musa. Les salía todo, incluido un triple de Vincent Poirier, lo que se tradujo en un 13-0 de parcial. Enfrente, el Valencia tardó en encontrar el camino del aro pero logró meterse en el partido y reducir daños al final del primer cuarto a pesar de que sus porcentajes de tiro rondaban el treinta por ciento (23-17, min 10).
El juego se reanudó con cinco puntos de Sergio Rodríguez y buenos minutos de Sergio Llull. El Real Madrid mantenía un cómodo colchón que rondaba la decena de puntos pero el Valencia, sin grandes florituras, fue metiéndose en el partido y ajustando su defensa, lo que apretó el marcador en varias ocasiones.
Xabi López-Arostegui aportó ocho puntos en el segundo periodo y pudo poner a los suyos a un punto a poco del descanso, pero falló un mate en contraataque y el Real Madrid lo aprovechó para dar un nuevo estirón que le permitió cerrar la primera parte con una cómoda renta favorecido por su gran dominio en el rebote (48-39, min 20).
El descanso sentó mucho mejor a los blancos, que volvieron a la pista con urgencia por cerrar su pase a la final. Con un par de marchas más en su juego y mejor ejecución de su plan de partido, los de Chus Mateo siguieron a lo suyo, golpeando sin piedad a un Valencia Basket noqueado, que en solo cinco minutos se vio 22 abajo tras un parcial de salida de 18-5 que dejó sentenciada la batalla antes de tiempo (66-44 min 25).
A los taronjas no les salía nada en un tercer cuarto para olvidar. Tenían la batalla del rebote perdida y no sabían como meterle mano al líder de la Liga Endesa, en el que todos sus jugadores aportaban en unos minutos redondos para sus intereses. Con 80-55 en el marcador y diez minutos por delante, el primer finalista ya estaba decidido.
Con el choque perdido, el Valencia Basket intentó salvar su honor y maquillar el resultado para evitar un castigo mayor mientras que enfrente Chus Mateo repartía minutos entre sus hombres pensando en la final. Este domingo buscará recuperar su trono.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.