La plantilla del Azul Marino Mallorca posa en el pabellón Toni Pizà. | Teresa Ayuga

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Cuarenta minutos para soñar o bajar la persiana. En ese margen de tiempo, el Azul Marino Mallorca se exige una victoria clave para cerrar la temporada regular en su estreno en la Liga Challenge y, con ello y con una serie de condiciones, disputar el playoff de ascenso a la máxima categoría del baloncesto femenino español. Las jugadoras de Carles Martínez reciben este sábado (19 horas) en Son Moix al Sernova Renovables Real Canoe con el triunfo como única premisa válida.

Y es que las madrileñas ocupan la novena plaza (13-16) a falta de una jornada, justo por delante de un Azul Marino (12-17) que ya ha hecho las cuentas. Para estar entre las nueve mejores, sólo vale ganar. Y hacerlo por diez puntos o, en caso de lograrlo por nueve de diferencia, anotar más de 68 puntos. Todo ello, porque el Canoe se impuso en el duelo de la primera vuelta por 68-59, una renta que intentarán hacer valer en la Isla.

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Imagen de la plantilla del Azul Marino Mallorca. Foto: Teresa Ayuga

La derrota del pasado fin de semana ante el Vega Lagunera supuso un paso atrás en las aspiraciones de las mallorquinas, que tras una segunda vuelta marcada por la irregularidad han levantado el vuelo encadenando tres victorias consecutivas que rompieron una dinámica horrible de ocho derrotas que lastraron sus opciones de clasificarse antes de tiempo y con una mejor posición.

Ahora, el Azul Marino se la juega a una carta, con la obligación de ganar y con holgura para cerrar su primera campaña en Liga Challenge en playoff. Una eliminatoria previa a la Final Four que otorgará la segunda plaza de ascenso tras la que obtendrá el campeón de la fase regular, que también se decidirá en el último episodio de este tramo del curso, en el que las bajas por lesión y la falta de consistencia hundieron a las mallorquinas provocaron el relevo en el banquillo, llegando Carles Martínez en lugar de Dani Rubio.

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Formación del Azul Marino Mallorca. Foto: Teresa Ayuga

La llegada de Mosby, una jugadora con credenciales WNBA y muchas horas de vuelo en la Liga Femenina, ha dado mayor mordiente a un Azul Marino que ha notado su aportación (34 minutos, 19 puntos, 9'8 rebotes y 2 asistencias de media), además de la sumada por Diarra o Ciavarella, que han abanderado a un bloque en el que Alejandra Quirante, Gaby Ocete e Inés Tomàs ponen el acento isleño.

De cara al partido decisivo, el Azul Marino Mallorca animará a los seguidores con una serie de sorteos entre el público asistente. Además, cualquier federado o club podrá acudir gratuitamente a Son Moix, para lo que deberá ponerse en contacto con la entidad para formalizar una petición. De momento, tres autocares se han llenado para acudir al Palau a animar al máximo exponente del baloncesto femenino balear, que se juega en toda una final seguir vivo o dar por cerrado el ejercicio de su debut en la categoría de plata.