¿Cómo empezó su pasión por el baloncesto?
A los 12 años me quedé fuera del equipo de fútbol del colegio. El profesor me dijo que si quería enfrentarme a otros colegios me metiera en el de baloncesto. Se me daba bien, llegué hasta la equivalente a la Liga EBA a la vez que comenzaba a prepararme como entrenador y cuando estaba en 4º de Empresariales abandoné la carrera para irme a Galicia a entrenar.
¿Cuál era su ídolo de jugador?
Reggie Miller. Yo era tirador como él. No pisaba la pintura ni en broma, aunque ahora les digo a mis jugadores exteriores que lo hagan (risas).
Valore estas primeras semanas en Mallorca.
Ya son casi dos meses y la verdad muy bien. Estamos creando unos cimientos de cultura y filosofía y hemos acertado de pleno en la confección de la plantilla a la hora de venir 100 por 100 ilusionados a cada entrenamiento y estar implicados a tope con el proyecto. Y en cuanto a la relación con el club, no podría estar más a gusto.
Las victorias ayudan.
Sí, ayudan a creer en lo que estás haciendo, pero el halago y la crítica son los grandes enemigos y la victoria es la gran mentirosa. No tenemos que ser resultadistas, sino que debemos centrarnos en las conclusiones diarias.
¿Ha intervenido mucho en la confección de la plantilla?
Es uno de los aspectos de los que estoy más satisfecho, el que yo haya decidido en último término la contratación de un jugador con la colaboración de Juanan Serra y Jordi Riera.
¿El objetivo de este año?
Que el entrenamiento de hoy salga mejor que el de ayer. Ahora estamos viendo vídeos nuestros, no estoy pensando en el partido del domingo. Pero un objetivo es convertirnos en un club al que el jugador quiera venir por todo lo que le ofrece. No hablo del aspecto económico, sino de infraestructura con un grupo profesional y con muchas ganas en todas las áreas que conforman el club.
¿Cómo le gusta que juegue su equipo?
Quiero que el equipo defienda fuerte y luego que ataque rápido, con libertad, pero también con orden.
Hace un año estaba entrenando en ACB. Hoy está en Segunda FEB.
El entrenador es entrenador en cualquier lugar. Yo llevaba once temporadas en ACB viendo cómo crecía el proyecto de La Laguna Tenerife y uno de los motivos de venir aquí ha sido el aportar mi granito de arena en este nuevo proyecto en Palma. Al final te tienes que mover por motivación y a mí me motivó mucho lo que me ofrecían aquí.
¿Dónde radica la mayor diferencia entre ACB y Segunda FEB?
Son dos categorías de diferencia y ya se nota mucho entre ACB y Primera, así que en Segunda más. Sobre todo yo destacaría el aspecto físico y también el táctico.
¿Cuál ha sido su técnico de referencia?
Con Txus Vidorreta estuve siete años y a él voy a estarle agradecido toda mi vida. Luego Alejandro Martínez me dio la oportunidad de debutar en la ACB, Nenad Markovic, Fotis Katsikaris...y cómo no Carlos Frade, quien me dio la primera oportunidad a nivel profesional.
También ha formado parte de la selección española sub’20. ¿Cuál es la mayor diferencia entre entrenar a jugadores jóvenes o a un equipo en liga?
En la selección tienes un mes para preparar un equipo con unos jugadores que no han jugado juntos. Es otra metodología de trabajo y tienes que ir más al grano, a sacarles el rendimiento.
Sergio Scariolo se quejaba recientemente de que no sabía si iba a haber jugadores tan buenos como los anteriores.
No creo que fuera una queja, pero ha habido un cambio de ciclo de unos jugadores espectaculares y eso crea un poco de incertidumbre. Pero seguro que aparecerá otra generación increíble con él al frente.
¿Habla mucho con él?
Sí, ahora tenemos más contacto que antes (se ríe). Siempre que hablo con él, tengo los oídos muy abiertos. Además, está muy implicado en el proyecto y con muchas ganas de ayudar.
¿Cómo es tener a su hijo Alessandro Scariolo en la plantilla?
Es uno más del grupo. Es simplemente Alessandro, como Joan (Feliu) o Michael (Enabulele).
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