La climatología respetó al pelotón y los corredores se encargaron de endurecer una etapa con un trazado con toboganes que se asemejó al de un recorrido mundialista y que se convirtió en un calvario para el que agotó las fuerzas con antelación. La intensidad del pelotón impidió que se formalizaran escapadas y los intentos de fuga no pasaron a mayores.
El mallorquín Javier Peris se encargó de lanzar un aviso a los aspirantes en Sénior, M-30 y M-40 y se impuso al esprint al portugués Luis Antonio Machado. El corredor local marcó las diferencias en el particular pulso con el luso, que fue el mejor M-40, y su triunfo le permitió arañar un segundo al pelotón. El también mallorquín del AEG Emilio Monagas encabezó el grupo al cruzar la línea de meta tras 98,4 kilómetros con una media de velocidad de 43,7 kilómetros por hora. En el gran grupo anduvieron bien colocados nombres como los de Fabio Ferreira, que fue el mejor Sénior, Teodoro Casabal, los representantes del Cala d'Or Raúl Jiménez y Miquel Joan Adrover u otros compañeros de equipo del ganador de la primera etapa como Rafael Miralles o Abdón Vich.
En la prueba reservada para los corredores de M-50 y M-60, que recorrieron los 65,6 km a un promedio de 42,1 km/h, el holandés Ron Paffen logró la victoria con gran autoridad, ya que entró en la meta con los brazos levantados después de haber dejado atrás el pelotón en un gran final de etapa. El holandés logró un segundo renta, un margen que podría haber sido más amplio de no celebrar el triunfo desde los últimos cincuenta metros. El alemán Ulrich Rottler fue segundo e Ibáñez de Gauna tercero, mientras que cuarto y mejor mallorquín fue Tomeu Quetglas. El siguiente balear en cruzar la meta fue Jaume Font, mientras que el mejor M-60 fue William McMillan.
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