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Con la premisa de reflotar y restablecer su línea de juego aborda el Menorca el desplazamiento a Madrid para enfrentarse al Real Madrid de Sergio Llull en su propia guarida (12:30/IB3) en la que no estará Felipe Reyes, baja de última hora para Messina. Nadie reclama un triunfo al equipo insular, pero sí una evolución en sus argumentos, algo detenida en el más reciente mes de competición, e imprescindible para tratar de reubicarse en esa zona tibia de la tabla.

La batalla por la permanencia no se define en cancha del club más laureado de Europa, pero sí resultará la cita un escenario válido para calibrar el modo y estado en que el Menorca afrontará el ultimo tramo de la primera vuelta.
El cuadro balear, que aterriza en la capital luego de hilvanar cuatro derrotas sucesivas y habiendo embolsado un único triunfo sobre los últimos ocho juegos, dispone una reválida de consideración por tanto, y quizá incluso, según el desarrollo que vierta el partido, de la remota opción de soñar con un triunfo imposible, jamás dado en el pasado en su favor (8/0).

En igual atalaya, cara al espectador menorquín, se sitúa la figura de Sergio Llull, tan protagonista del cotejo como pueda serlo cualquiera de los integrantes que actuarán en condición de visitante. El base-escolta mahonés emerge como una de las grandes referencias del conjunto dirigido por Ettore Messina, cuyos valores se detectan suficientes y variados como para no perder su condición de favorito.