A los seis años arrancó una senda que hoy conserva y amplía las ilusiones de sus inicios. Los karts fueron la escuela de Moll, que tras una breve parada se metió de lleno en el mundo del autocross. Todo empezó con el Campeonato de Balears, pero las miras se ampliaron y le han llevado a ser uno de los pilotos a vigilar de cerca por sus rivales.
Seguidor de Lewis Hamilton en el mundo del automovilismo, o de su paisano Jorge Lorenzo en lo que a motociclismo respecta, Juanjo Moll compagina sus ocupaciones laborales con sus estudios de FP de Electromecánica, «algo que resulta muy difícil, más cuando tienes que viajar a la Península con asiduidad y te has de llevar el coche.
Son muchas horas que te resta, pero que compensan», explica Juanjo, que en sus desplazamientos cuenta con la indispensable compañía de su hermano, su novia y, en ocasiones, su padre. «Hago vida de semiprofesional, porque la gente del nacional va muy preparada», recuerda el piloto, que lamenta «la falta de instalaciones en Mallorca. Aquí apenas tenemos Son Matamoros, y no siempre porque está limitado para poder entrenar. En Eivissa es diferente, pero hacemos lo que podemos porque la ilusión que tenemos puede con todo», prosigue.
Metas
Después del cierre del curso en autocross, su gesta en el Puig Major y un abandono en la Pujada a Sa Cala ibicenca -prueba del nacional de montaña-, Juanjo Moll ya mira al futuro, teniendo claras sus metas. «Mi objetivo es ser campeón de España de autocross (en Car Cross). Después, ya veremos si podemos competir en el nacional de CM.
He tenido ofertas, pero tengo que coger rodaje y pienso que es pronto», confiesa el deportista, que ve con buenos ojos el proyecto de construcción del Circuit Illes Balears. «Sería de gran ayuda para todo el mundo del motor», asegura.
Juanjo Moll cuenta con el apoyo técnico del fabricante Semog, que le ofrece servicio técnico y cobertura en las diferentes pruebas, además de la Cristalería Moll, Construcciones Germans Català, Peluquería Zoila, Grupo Abraham, Mecánica Sotomayor, Construcciones Alfer y Aquatrans, «sin los que seguramente que no podría trabajar en las condiciones en las que lo hago, que aunque no sea profesional, no me puedo quejar».
Eso sí, el piloto de Mallorca Competició lamenta la falta de ayudas «porque hay muchos pilotos que competimos por Balears y logramos buenos resultados, como yo, los Martorell, Sampol... pero no se nos da el apoyo que creemos que podríamos merecer. Pienso que las instituciones deberían volcarse más con nosotros, pues en otros lugares vemos que sí se hace».
Su potencial en tierra resulta evidente y los resultados son su mejor carta de presentación de cara a abrir futuros horizontes y puertas que le ayuden a cubrir las necesidades que lleva consigo competir con los mejores del país con las limitaciones que implica la insularidad.
Preparación
Para poder afrontar la dureza de la temporada, a escala balear y nacional, Juanjo Moll lleva a cabo un trabajo al margen del pilotaje, pero que sirve de perfecto complemento. La preparación física es fundamental para sentarse al volante, para lo que trabaja en el gimnasio con el fin de llegar en estado óptimo a las carreras. Ciclismo, carrera a pie u otras modalidades como el patinaje en línea le sirven para mantener la forma y tener el físico preparado para afrontar las altas velocidades de la montaña o los fuertes y bruscos movimientos que se experimentan dentro de un Car Cross.
Un lustro dentro del mundo del autocross ha permitido a Juanjo Moll dar forma a un buen palmarés, aunque las buenas sensaciones del Puig Major permiten que el gusanillo de la montaña, intentando seguir los pasos del tetracampeón de España en CM, Pedro Roca, le haga multiplicar su radio de acción, aunque siempre con las cuatro ruedas como denominador común. Y con el título nacional de Car Cross como un ambicioso reto que puede hacer suyo.
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