Marga Crespí visitó a las nadadoras de su club, el Mediterránea, en la piscina a la que la deportista da nombre. | A. Goenaga

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Marga Crespí ya mira hacia Barcelona 2013. La flamante medallista olímpica (bronce) y campeona mundial y europea de natación sincronizada ya se encuentra en la ciudad condal para ponerse a las órdenes del nuevo staff técnico del equipo nacional y pasar así página a la etapa de Anna Tarrés como seleccionadora.

La deportista del Mediterránea, a cuyas alumnas visitó y mostró su medalla de bronce en Londres 2012 antes de abandonar la Isla, trabajará ya bajo la disciplina de Esther Jaumá, Anna Montero, Gemma Mengual, Anna Vives y Mayuko Fujiki, nuevas integrantes del organigrama técnico RFEN para el conjunto de sincronizada.

El reto de Crespí, con un equipo sin retoques respecto al de los Juegos, es mantener o mejorar los resultados de Londres, a la caza de un nuevo oro y de marcar distancias respecto a rivales como China o Canadá, y todo con las limitaciones económicas y de medios que llevará consigo el recorte en las ayudas de la RFEN, que marcarán la puesta a punto hacia un Mundial de Barcelona.

Molestias

Instalada en su habitual escenario laboral y académico, y dispuesta a darlo todo en el día a día del CAR de Sant Cugat, la ilusión de Crespí ante esta nueva etapa y por disputar un Mundial en suelo español le hacen soportar mejor unas molestias en el labrum que podrían llevarle a pasar por el quirófano tras Barcelona 2013, circunstancia que deberá valorar una vez superado el gran desafío personal y deportivo de la deportista. El gran punto de referencia son los Juegos Olímpicos de Río 2016, y la conquista de una nueva medalla olímpica para la sincro.