Martí Josep Vives Plomer posa con una pizarra durante su encuentro con este periódico. | Teresa Ayuga

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La dura transición que está experimentando el baloncesto balear tras el largo mandato de Jaume Estarellas al frente de la FBIB ha llegado también a los banquillos. Y Martí Josep Vives Plomer (Pollença, 1978) ha sido elegido para presidir el Comité Balear de Entrenadores a lo largo del primer ciclo de Juanjo Talens, quien le propuso a votación junto a Jordi Fernández y Maties Cerdà, a quienes quiere tener cerca para desarrollar sus ideas. Director deportivo del CB Pollença, tras una larga trayectoria en el Bahía San Agustín (segundo entrenador en EBA, LEB Plata y Oro), asume un reto que le motiva.

—¿En qué estado ha encontrado el Comité tras su elección?
—La verdad es que hemos tenido poco tiempo para ponernos al día. Me ilusionó que me propusieran, y más salir elegido presidente. Quiero que el Comité sea un espacio de transmisión de información. Tengo la impresión de que hasta ahora, este organismo no tenía margen de maniobra o movimiento, y uno de mis objetivos será ese, reactivarlo. Con José Luis Alberola tenemos puntos en común y entre ambos podemos edificar un proyecto ilusionante.

—¿Cuáles van a ser las líneas maestras de su proyecto?
—Mi intención es la de ayudar al colectivo. Hay que poner en valor la figura del entrenador o la entrenadora. Lo primero que haremos será poner en marcha un buzón de sugerencias, propuestas, inquietudes y demandas de los técnicos y los clubes. Para que ellos sepan que hay alguien que les representa. Va en consonancia con la nueva Federació de Bàsquet de les Illes Balears, más próxima y abierta.

—¿A nivel de formación, tienen definidas sus propuestas?
—Los clubes deben tener asesoramiento a nivel técnico y deportivo. Hay que darles apoyo con seminarios y ayuda directa, personal. Para mí, los entrenadores son la base de un buen proyecto deportivo. Si trabajan a gusto, están motivados y todo es más fácil. Eso repercute en la calidad de los entrenamientos, y después en los resultados.

—¿Se potenciará la labor formativa aprovechando el nivel que tenemos en las islas?
—Con el regreso de Toni Aulí, se quieren revitalizar los cursos de entrenadores, la formación y las diferentes titulaciones. En las islas tenemos grandes formadores en todas las facetas, como Xavi Sastre, Maties Cerdà, Jordi Fernández, José Luis Alberola, Bárbara Llull, Ángel Colino, incluso Ángel Cepeda... Y también en Menorca, Eivissa y Formentera. Qué mejores argumentos para formarse, su capacidad está fuera de toda duda.

—¿Qué respuesta ha encontrado entre el colectivo a su elección?
—Positiva. Hay ganas de hacer cosas y creo que estamos ante una buena oportunidad. Es importante conseguir que los entrenadores seamos un poco corporativistas. Se les debe recompensar o premiar económicamente como se merecen. No puede ser que haya jugadores que cobren más que sus técnicos. La inversión en entrenadores es la mejor que puede hacer un club.

—¿Cómo enfoca la problemática relacionada con las regularizaciones que contempla la ley de emprendedores?
—Un club, y más los modestos, no puede permitirse dar de alta a un entrenador. Si los políticos no son conscientes, es que no saben lo que hay. Ojalá en cada club hubiera un técnico profesional... ¿Cree que un club con diecisiete entrenadores puede asumirlo? Que se fije una retención como servicio, un voluntariado remunerado con unos límites o unos varemos creo que sería lo justo.

—¿Se ha notado el cambio al frente de la gestión de la FBIB?
—La nueva federación ha abierto un espacio de ilusión, revitalizando actividades. Evidentemente, hay muchas cosas que pulir y trabajar, pero apenas llevan unos meses al frente tras muchos años de mandato del anterior presidente y su gente. Ahora, intuyo que el colectivo de los entrenadores observa que hay gente que se preocupa por ellos y porque el baloncesto balear vaya a más.

—¿Cómo querría que fuera recordado su mandato?
—Me gustaría cerrar el ciclo viendo que el colectivo de entrenadores estamos representados, unidos en una misma dirección. Trabajaremos para poner en marcha una asociación y una bolsa de entrenadores. Queremos, en definitiva, que los entrenadores de baloncesto se sientan valorados como se merecen, y que toda la masa social del baloncesto sepa que somos importantes para que este deporte siga creciendo.