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El Barça no empezaba tan mal desde hace 13 años. En aquella ocasión, el equipo había obtenido en la Liga idénticos resultados a los actuales, con un empate y tantas victorias, cinco, como derrotas. En este caso, en novena posición frente a la undécima de entonces, el gran peso que deben soportar Serra Ferrer y sus hombres es la eliminación en la primera fase de la Liga de Campeones. Y desde ahora la conquista de la Copa de la UEFA, el objetivo obligado que deben afrontar en Europa. Para algunos como Rivaldo o el presidente Joan Gaspart -a diferencia del capitán Pep Guardiola- no ganar la competición europea sería un fracaso.

Cuatro puntos de los últimos 15 posibles en la Liga no dejan otra salida que tratar de recuperar parte de la ilusión perdida por la afición con un buen resultado en el partido de ida de la eliminatoria de la Copa de la UEFA, el jueves en el estadio Jan Breydel de Brujas, para encarrilar el pase a la siguiente ronda. Números que no invitan al optimismo para visitar a un equipo que asombra con sus datos. El Brujas ha ganado todos los partidos de la Liga belga, un total de trece, con 51 goles a favor que le otorgan una media de casi cuatro tantos por partido, frente a tan sólo ocho en contra. La reacción es una necesidad para seguir vivos en Europa y romper la trayectoria descendente del equipo.

Al término de la sesión de entrenamiento y la charla con el técnico, el segundo capitán del equipo, Sergi Barjuán, se limitó a comentar que «las reuniones se quedan en el vestuario, pero es bueno que el equipo saque conclusiones positivas. Sea con el sistema que sea el equipo tiene que salir a ganar», dijo.