El presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, cerró ayer la
crisis que él mismo abrió el pasado domingo con la confirmación de
Luis Aragonés en el cargo de entrenador y de Paulo Futre como
director deportivo. La confirmación de que el entrenador seguirá
hasta el 30 de junio se produjo durante una reunión que Gil mantuvo
en su domicilio con Aragonés y Futre. «Luis nunca ha sido
cuestionado y seguirá al frente del equipo», dijo Gil a Efe.
El presidente atlético añadió que no ha negociado con ningún
entrenador para que se haga cargo del equipo en la presente
temporada, en alusión a las versiones periodísticas que citaron al
alemán Bernd Schuster, técnico del Xerez, de la Segunda División,
como presunto relevo de Luis. Tras uno de los días de más actividad
en el Atlético de Madrid de los últimos meses, Futre salió del
domicilio de Gil en su casa de la Moraleja a las 17.15 horas para
asegurar que la reunión había sido «tensa y dura» y confirmó que
todos seguirán «hasta el 30 de junio».
A la reunión asistieron Jesús Gil, Luis Aragonés, Paulo Futre,
Miguel Angel Gil Marín, director general, Clemente Villaverde,
gerente, y Manolo Sánchez, adjunto al secretario técnico. Aragonés,
que salió cinco minutos antes que el dirigente portugués, afirmó
que hoy tras el entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Majadahonda
ofrecerá una conferencia de prensa para dar su punto de vista sobre
los últimos acontecimientos.
Fue el presidente colchonero quien abrió la caja de los truenos
el pasado domingo tras la derrota de su equipo contra el Villarreal
4-3 y afirmó que varios de los futbolistas, caso de Santi Denia,
Jorge Otero y Lluis Carreras, no tenían calidad para jugar en el
Atlético de Madrid. Para el máximo mandatario rojiblanco, en ese
encuentro «el Atlético hizo el ridículo» y llegó a afirmar: «si a
alguien le molesta que se muera. No merecen cobrar algunos de
ellos».
Gil tuvo cumplida respuesta al día siguiente en boca de los
jugadores inmersos en la polémica. Jorge Otero fue claro y rotundo.
«Las palabras del presidente tienen poco valor. Me han dolido, pero
como a todos. Creo que esas palabras si vienen de un profesional o
de un entrenador son para tener en cuenta, pero viniendo del
presidente tienen poco valor», afirmó. Tras la reunión de ayer, Gil
declaró a Efe que se había equivocado al dar nombres y pidió perdón
a los futbolistas inmersos en la polémica. «Sobre todo lo siento
por Santi, todo un ejemplo. Rectificar es de sabios y nunca debí
dar nombres. Hablaré con ellos porque sé que no lo han pasado
bien».
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