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El Real Mallorca no anda sobrado de fuerzas justo cuando se acaba de cruzar el ecuador de la temporada. Desde que a finales de julio arrancase la pretemporada en Kössen hasta ahora, han pasado seis meses y los minutos de juego empiezan a pasar factura. Manzano confía en once jugadores, son sus intocables, y a partir de ahí entran algunas variaciones, pero estas son mínimas y el peso de los partidos recae, por regla general, sobre los mismos futbolistas. De esta forma, hombres como Leo Franco, Poli, Riera, Lozano o Ibagaza, superan los 1.500 minutos jugados en la Liga, además de la participación en varios encuentros de la Copa del Rey. El equipo está asfixiado pero no porque el trabajo físico haya sido malo, ni mucho menos, sino por el poco margen de descanso del que han gozado la mayoría de futbolistas que forman parte del once titular.

Manzano, bien por desconfianza o por motivos puramente técnicos, no ha dado confianza a otros jugadores y siempre ha trabajado con el mismo equipo y el banquillo apenas ha intervenido en el campeonato regular. El resultado ha sido bueno ya que en la Copa se está a un paso de las semifinales y en la Liga no se está en mala posición. No obstante, la incógnita es saber la respuesta del equipo con vistas a los compromisos que tiene que afrontar el grupo balear en esta segunda vuelta de campeonato. En opinión del preparador físico, Antoni Servera, el equipo está «castigado» por todo los comentado anteriormente. «Han sido muchos viajes y estar en dos competiciones no es nada fácil. Mentalmente siempre hay un desgaste y más si, por motivos de lo apretado que está el calendario, no puedes dejar de estar ni un sólo día sin entrenar y esto también va minando», explica el responsable del área física del equipo mallorquinista.

En un equipo profesional, tan importante es trabajar bien, como descansar correctamente y el Mallorca no ha gozado de tiempo material para hacer las dos cosas. «Llevábamos prácticamente cuarenta días sin desconectar de fútbol», explica Servera. «Cada día viendo las mismas caras, pensando sólo en fútbol, sin tiempo apenas para nada y viajando constantemente. Ahora estos dos días nos vendrán muy bien, como también nos vendrá bien el poder hacer frente ahora a un calendario en el que sólo habrá partidos en fin de semana», subrayó Servera. Ahora, lo más urgente, cuando el equipo regrese el miércoles al trabajo será recuperar anímicamente al grupo después de la derrota