La plantilla del Real Madrid demostró en el entrenamiento
vespertino en La Ciudad del Fútbol con el que cerró la doble sesión
de los miércoles, que la semana del enfrentamiento ante el
Barcelona es diferente al resto y los jugadores se exigieron al
máximo en los noventa minutos de trabajo que Vanderlei Luxemburgo
dedicó a la disputa de pequeños partidos. Con la única ausencia del
capitán, Raúl González, el Real Madrid completó una sesión de
trabajo con balón tras el físico matinal. Luxemburgo reforzó a su
plantilla con los canteranos Tello y Adrián Quinteiros, para
dividirla en cuatro equipos que disputaron durante una hora
partidos a mitad de cancha.
Si habitualmente estos partidos en los que suele haber muchos
goles, rapidez y en los que cada futbolista tiene una orden de
cambiar de demarcación continuamente son muy movidos, hoy lo fueron
aún más. La entrega de futbolistas como Ronaldo que, por la mañana
daba una lección de trabajo extra con flexiones, fue máxima.
Michael Owen se convirtió en el protagonista de la tarde al ayudar
con sus cinco goles a que su equipo -Helguera, Salgado y
Beckhamganase el 'mini torneo', cuando las miradas se dirigían a su
compatriota David Beckham.
El centrocampista madridista trabajó por primera vez con balón
desde que cayese lesionado el pasado miércoles con su selección. Y
sin rastro de la elongación muscular que le impidió jugar en
Albacete, comenzó tímido el entrenamiento sin chutar a puerta y
dando centros a sus compañeros pero acabó firmando el gol más
bonito de la tarde con un potente y colocado disparo.
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