REAL MADRID: Iker Casillas (**); Míchel Salgado (*), Pavón (*), Helguera (**), Roberto Carlos (**); Beckham (**), Gravesen (**), Zidane (**), Raúl (*); Owen (**) y Ronaldo (**).
Cambios: Figo (-) por Owen, Solari (-) por Raúl y Celades (-) por Zidane.
FC BARCELONA: Víctor Valdés (*); Belletti (*), Puyol (**), Oleguer (*), Gio (*); Giuly (*), Xavi (*), Márquez (*), Iniesta (**); Ronaldinho (**) y Etoo (**).
Cambios: Damiá (*) por Etoo, Maxi López (*) por Giuly.
Àrbitro: Ramírez Domínguez (Comité Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Salgado (49'), Beckham (71'), del Real Madrid, y a Gio (50'), Belletti (65'), Puyol (69'), del Barcelona.
Goles:
1-0.minuto 7: Zidane, de cabeza, tras una jugada por banda derecha de Ronaldo.
2-0.minuto 20: Ronaldo, de cabeza, remata una falta de Beckham.
2-1.minuto 29: Etoo resuelve una acción individual superando la salida de Iker Casillas.
3-1.minuto 45: Raúl remacha dentro del área un servicio de Roberto Carlos.
4-1.minuto 66: Beckham manda en profundidad un balón a Owen y al contragolpe el inglés bate por raso a Valdés.
4-2.minuto 73: Ronaldinho, de libre directo.
Incidencias: Unos 75 mil espectadores en el estadio Santiago Bernabéu.
Luis Villarejo|MADRID
El partido resultó electrizante. Mal para el Barcelona, muy 'blandito' en defensa, en especial por arriba, una alternativa poco empleada por el Real Madrid para ganar sus partidos. A los veinte minutos, Zidane y Ronaldo parecía que habían resuelto el envite. Dos cabezazos, dos goles. Luxemburgo se la jugó con una revolución en su once. Justo en el día clave de la temporada, sentó a Figo en el banquillo, apostó por una línea de cuatro, Gravesen por delante de la zaga, con tres -Beckham, Zidane y Raúl- guardando las espaldas a Ronaldo y a Owen arriba.
Era un equipo muy ofensivo que le fue bien al Madrid con unos veinte minutos admirables. Sin embargo, el Barcelona comenzó a despertar de la siesta y se dedicó especialmente a tirar el juego a la banda de Roberto Carlos, la zona más damnificada por este arreón valiente de Luxemburgo. Allí, Giuly pudo dar más guerra. Aquello fue un coladero. Entró cuando quiso, aprovechando la salida del balón que le daba Iniesta o Belletti, pero le faltó definición al francés. Porque el Barcelona sí pisó el área. Por el otro costado, eso sí, Ronaldinho anduvo peleado con Míchel Salgado en un cuerpo a cuerpo donde salió airoso habitualmente el lateral gallego.
Era un día para Samuel Etoo. Comedido toda la semana, modélico en sus declaraciones en vísperas de llegar al Bernabéu, Etoo tenía que aparecer. Y apareció. En un slalom, 'marca de la casa', el camerunés se echó el equipo a la espalda y con su punta de velocidad destrozó la cintura a todo el personal defensivo del Madrid y clavó a la media hora el balón en el portal de Iker.
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