Mallorca: Lux; Cendrós, Rubén, Ramis, Kevin; Nsue, Martí, De Guzmán, Castro (Pina, min. 89); Víctor (Pereira, min.77) y Cavenaghi (Webó, min. 66).
Osasuna: Ricardo; Nelson, Lolo, Miguel Flaño, Monreal; Juanfran, Puñal, Vadocz (Rúper, min, 73), Camuñas (Damiá, min. 81); Pandiani y Lekic (Aranda, min. 73).
Goles: 1-0, min. 24: Castro, de penalti, tras una mano de Flaño en el área; 2-0, min. 93: De Guzmán culmina en solitario un contragolpe balear.
Àrbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a Flaño y Puñal.
El Mallorca ha conquistado la primera victoria de la temporada al derrotar 2-0 al Atlético Osasuna con goles del uruguayo Gonzalo Castro en la primera parte, de penalti, y del holandés Jonathan de Guzmán, en el tiempo de descuento.
Los tres puntos conceden un respiro al equipo que dirige el danés Micahel Laudrup, que parece haberse contagiado del gen ganador de uno de los accionistas de referencia, el tenista número uno del mundo, Rafael Nadal, que hoy realizó el saque de honor.
El Osasuna defraudó y tras tres jornadas sigue sin marcar un sólo gol y, lo que es peor, ofreciendo una paupérrima imagen.
Michael Laudrup tuvo que recomponer toda su defensa tras las bajas del portero Dudú Aouate, autorizado para celebrar la fiesta judía del Yom Kipur, el central Nunes, sancionado, y los laterales Ayozé Díaz y Enrique Corrales, lesionados.
Con el argentino Germán Lux bajo los palos, que no jugaba desde hace 16 meses, y el joven del filial Kevin García, debutante en Primera, además de los centrales Iván Ramis y Rubén, el Mallorca se las ingenió, con más facilidades de las previstas, para neutralizar al ataque del Osasuna.
El juego del equipo de Pamplona sigue sin contagiarse del espíritu guerrero de su técnico, José Antonio Camacho, y está, hoy por hoy, muy lejos de lo que siempre fue el fútbol del Osasuna, vertical y agresivo en todas las zonas del campo.
Los reiterados errores de sus jugadores, entre ellos un infantil penalti cometido por Miguel Flaño al golpear el balón con la mano en una jugada sin peligro alguno, llegaron a exasperar a Camacho, al que se le vio de pie y gesticulando en el banquillo.
Tampoco el juego del Mallorca está para tirar cohetes.
Laudrup alineó hoy a seis jugadores formados en el filial -Ramis, Kevin, Martí, Nsue, Cendrós y Víctor, y en la segunda parte jugó Michael Pereira- confirmando con ello la apuesta decidida de la entidad por los futbolistas «de la casa», aunque sea asumiendo los riesgos que esa política deportiva conlleva.
Con la ayuda del uruguayo Gonzalo Castro, el holandés Jonathan de Guzmán y el argentino Fernando Cavenaghi, el equipo balear se apoyó en el primer gol de la tarde y de la temporada marcado por Castro, de penalti, para serenar su juego y marcar el ritmo que más le acomodaba.
El Osasuna tuvo sus opciones en los minutos 39 y 46 a través del uruguayo Walter Pandiani y el serbio Dejan Lekic, pero no las aprovechó. Pandiani falló en su especialidad, el cabezazo, y Lekic no acertó en un «mano a mano» con Lux.
El camerunés Pierre Webó, que había sustituido a Cavenaghi, pudo sentenciar (min. 78), pero no supo resolver cuando encaró, totalmente libre de marcajes, a Ricardo.
El Mallorca, ya en la fase decisiva del partido, se dedicó a defender su ventaja, ante un Osasuna muy espeso en los metros finales y que, a pesar del empeño que puso en los minutos finales, ha abandonado el Iberostar Estadio hundido y sin marcar por tercera jornada consecutiva.
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Victoria balsámica, como decían los cronistas en el siglo pasado, que devuelve toda la credibilidad a este proyecto de Llorenç Serra Ferrer. El Real Mallorca tiene por lo menos un par de jugadores con destellos de contrastada clase. De Guzmán ha llegado fresco como una lechuga recién cosechada y ha marcado pletórico de facultades un segundo gol de categoría en el último suspiro del partido. El penalti lo ha transformado Castro y era el primer gol en 205 minutos de juego. Hay que destacar a Lux, el arquero argentino, que cuando se le ha necesitado, ha tenido una notable actuación. Con este promedio: Una victoria, un empate y una derrota, en tres partidos, el Real Mallorca haría realidad la permanencia en Primera División un año más y ya serían 26 temporadas en la máxima categoría de La Mejor Liga del Mundo.