Getafe: Codina; Miguel Torres, «Cata» Díaz, Marcano, Mané; Parejo (Casquero, min. 82), Víctor Sánchez; Pedro Ríos, Manu (Albín, min.68), Gavilán (Rafa, min. 45); Miku.
Villarreal: Diego López; Angel, Marchena (Catalá, min. 70) Musacchio, Capdevilla; Bruno, Senna; Cazorla (Montero, min.75), Borja, Cani (Marco Rubén, min. 52); Nilmar.
Àrbitro: Paradas Romero (Comité Andaluz): Mostró cartulina amarilla a Mané (min. 17), Víctor Sánchez (min. 20), Miku (min. 42) y expulsó a «Cata» Díaz (min. 41) por roja directa y a Albín por doble amonestación (min. 78 y min. 89). Por parte del Villarreal amonestó a Bruno (min. 47).
Un gol del uruguayo Juan Albín en el último minuto del partido sonrojó al Villarreal, incapaz de ganar a un rival que durante 45 minutos jugó con un futbolista menos por la expulsión del argentino Daniel «Cata» Díaz.
Con esta victoria, el Getafe logra la tercera consecutiva en Liga y recupera posiciones para mirar de cerca a Europa. Lo hizo con un jugador menos y ante un equipo como el Villarreal, que sólo mostró buenas sensaciones en la primera parte.
Y es que Garrido y Míchel pusieron sobre el tapete dos equipos que siempre teorizan con el buen trato del balón. Es la filosofía de ambos clubes, y, el pequeño, el Getafe, quiere parecerse al grande.
Dos poblaciones pequeñas, como la madrileña y la castellonense, tienen la suerte de contar con dos escuadras con mucho sabor. El Villarreal se ha hecho un hueco entre los grandes y sus rivales del Coliseum pretenden hacer lo mismo en un futuro no muy lejano.
Por eso, el partido fue una lucha de dos ideas similares, aunque la diferencia todavía es notable. El tercer puesto del Villarreal en la Liga no es ninguna casualidad. Hace las cosas muy bien y la nómina de grandes jugadores de perfil medio-alto es de una cantidad pasmosa.
Y fueron ellos los que crearon durante los primeros 45 minutos mucha inquietud entre la parroquia madrileña. Nilmar, Senna, Borja, Cani o Cazorla funcionan como una máquina bien engrasada que el Getafe supo frenar durante el primer acto, el más peligroso del 'submarino amarillo'.
En él, los madrileños tuvieron sus ocasiones. Fueron pocas, pero alguna pudo entrar y dar un susto al Villarreal. La primera la tuvo en sus botas Jaime Gavilán, que no aprovechó en el primer minuto del duelo un pase 'de la muerte' del venezolano Miku. Poco después, fue el jugador sudamericano el que tuvo la oportunidad de inaugurar el marcador, pero estuvo lento en el último instante.
No hubo más ocasiones para el Getafe, que, salvo algún detalle de Dani Parejo, vivió a la espera de un contragolpe matador que no llegó. El Villarreal, entonces, ya había engrasado su máquina y comenzó a inquietar la portería defendida por Jordi Codina. Al filo del descanso, «Cata» Díaz fue expulsado por una dura entrada sobre Nilmar y el equipo de Míchel pudo marcharse derrotado al vestuario si no llega a ser por Jordi Codina, que acertó en un mano a mano con Nilmar.
Curiosamente, en la reanudación, el Getafe, con un jugador menos, fue el claro merecedor de sacar los tres puntos de un choque que sólo tuvo un dueño en el segundo acto. Rafael López sustituyó a Jaime Gavilán y el conjunto «azulón», muy bien colocado atrás, soltó varios latigazos en forma de contragolpes que a punto estuvieron de dar un disgusto a sus rivales.
La primera gran ocasión la tuvo Parejo con una falta envenenada que a punto estuvo de sorprender a Diego López. Respondió Borja Valero con un tiro esquinado que besó el lateral de la red de Codina, que vio desde su portería cómo poco después Pedro Ríos pudo por fin batir al Villarreal desde dentro del área pequeña.
Ese disparo, que se marchó fuera por muy poco, fue el preludio del tanto de Juan Albín, que saltó al campo para sacar los colores al Villarreal en el minuto 89. El uruguayo marcó cuando el partido agonizaba y dio una heroica victoria al equipo que dirige Míchel, más cerca de Europa que nunca.
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