El equipo español celebra tras quedar campeón al vencer 2-0 ante Suiza durante la final del Campeonato Europeo Sub'21. | Efe

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Suiza 0

España 2


Suiza
: Sommer; Koch, Klose, Rossini, Berardi; Lustenberger; Shaqiri, Frei (Gavranovic, m.54), Xhaka (Kasami, m.68), Emeghara (Abrashi, m.54); y Mehmedi.

España: De Gea; Montoya, Botía, Domínguez, Didac Vilá; Javi Martínez, Ander Herrera (Capel, m.89), Thiago, Mata, Muniaín (Parejo, m.86); y Adrián (Jeffrén, m.81)

Goles: 0-1, m.41: Ander Herrera. 0-2, m.81: Thiago.

Àrbitro: Paolo Tagliavento (ITA). Amonestó a Lustenberger (16) y Berardi (62) por Suiza, y a Javi Martínez (78) y De Gea (92) por España.


España conquistó su tercer Europeo sub'21 al derrotar a Suiza en la final (0-2) y tocó el cielo de Aarhus con un Thiago celestial, autor de un gol para enmarcar en una falta a 40 metros de la portería que puso el broche a un torneo que extiende el dominio español en el fútbol.

Una nueva generación repleta de brillantez se proclamó campeona de Europa en un estadio que debe ser patrimonio de la humanidad para España. En el Aarhus Stadion nació un estilo en la absoluta que la guió a ser campeona de Europa y del mundo. Los chicos de Milla, con una herencia de juego impagable, culminaron un torneo impecable.

Superaron la presión de ser favorito. La racha de éxitos del fútbol español provoca que los rivales estudien el juego y plasmen un planteamiento centrado en la destrucción, antes que en mostrar sus cualidades. Le ocurrió a Suiza. Hasta la final brillante en su fútbol. Segura en defensa, sin encajar un gol. Sacrificó la calidad de jugadores como Shaquiri o Xhaka en la pelea. En el reto de frenar la magia de jugadores que cambian el ritmo: Thiago y Ander Herrera.

A España le costó romper el partido. Salvo una llegada aislada que culminó Adrián en un centro que no encontró rematador, se atascó. La presión de la final. El cansancio acumulado de un equipo en el que Milla no ha rotado. Emergía una figura por encima de todas para mantener la fuerza. Es Javi Martínez. Como medio centro único en el Europeo ha demostrado ser el gran dominador.

Tras las exhibiciones de trabajo sin balón, el ejercicio de presión de España se rebajó. Provocó que, aunque mandase, su dominio no fuese abrumador. Y le faltó profundidad de inicio. Thiago, el futbolista que transforma el juego, tenía siempre dos rivales encima.

Suiza permanecía agazapada. El peligro para España era el mismo que en semifinales con Bielorrusia. Una llegada aislada complicaría el panorama al equipo de Milla. Y ocurrió a la media hora de partido. Una maniobra de Shaqiri, la culminó con un derechazo potente que sacó de puños De Gea.

Sirvió para despertar a la selección española. Los buenos conceptos no tenían ejecución. El descaro de Muniain hizo adelantar líneas y acercarse a la zona de peligro. Thiago lo intentó y rozó el palo con un disparo lejano. Y el premio llegó gracias a la revelación de España en el campeonato. Didac puso un centro perfecto en una subida aprovechando el espacio y Ander sorprendió a todos, apareciendo desde segunda línea, para cabecear a la red. Quedaban cuatro minutos para el descanso.

Suiza tenía que modificar su planteamiento para empatar. Lo intentó en el segundo acto, corriendo el riesgo de sufrir algún contragolpe letal español. A los dos les faltó frescura en la cabeza y las piernas. El ritmo fue bajo y tras un remate en carrera de Emeghara, los chicos de Milla se adueñaron del balón.

No fue el día de Adrián. Un futbolista extraño. Capaz de marcar cuando menos se le espera como de perder cada balón que le llega. No disfrutó de ocasiones. Estuvieron en botas de Muniain, que se topó con la seguridad de Sommer, y Javi Martínez, que remató alto una acción de estrategia.

Antes de que Suiza hincase la rodilla dio dos sustos a De Gea con dos cabezazos de Kasami y Klose que no encontraron puerta. Y acabó rendida a la calidad de Thiago. Ideas de genio. Ejecución de maestro. Cuando esperaban que tocara en corto una falta. Golpeó desde 40 metros con una suavidad magistral.

El tanto del campeonato de un futbolista que marcará una época si no tuerce su camino. El broche de oro para el campeón. La «generación de oro» de la selección española absoluta tiene el futuro garantizado.