TW
0

La Liga de Fútbol Profesional y la Asociación de Futbolistas Españoles seguían reunidos, al cierre de esta edición, con la intención de solventar la huelga que mantiene parada la Liga BBVA y la Liga Adelante.

Con más de un centenar de periodistas que aguardaban la salida de los implicados, el presidente de la AFE, Luis Rubiales, y el gerente, Luis Gil, salieron al filo de las diez de la noche sin hacer declaraciones aunque sí un portavoz confirmó que tras un descanso, volverían para seguir con la reunión.

A pesar de no tener ninguna declaración ni comunicado oficial, las sensaciones, las caras y las expresiones de los protagonistas hacen prever que la sexta reunión AFE-LFP seguirá sin llegar a una solución o acuerdo que termine con la huelga.

Sexta cita

La reunión entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) comenzó a las cuatro y media de la tarde en la sede de la LFP con media hora de retraso, en el sexto encuentro entre futbolistas y clubes desde que se comunicara la huelga el pasado 11 de agosto.

La última reunión entre AFE y LFP, celebrada anteayer, dejó como punto clave de la discusión el pago de las deudas que algunos clubes mantienen con sus futbolistas. Varios grupos de trabajo han estado dialogando y compartiendo propuestas antes de la reunión de ayer, que al cierre de esta edición todavía no había finalizado.

Pero España no es el único foco de conflicto. Los clubes de la Primera División italiana rechazaron ayer firmar la renovación del convenio colectivo de los futbolistas, con lo que cada vez se hace más concreto el riesgo de que el inicio de la liga italiana, previsto para el 27 y el 28 de agosto, se vea aplazado por una huelga de los futbolistas.

Y es que a principios de agosto los futbolistas de la Serie A amenazaron con ir a la huelga si los clubes no ratificaban el acuerdo para renovar su régimen contractual.

Los representantes de los clubes se reunieron ayer en Roma y rechazaron por 18 votos a 2 el acuerdo sobre el convenio, explicó el presidente de la Liga italiana, Maurizio Beretta, en declaraciones recogidas por los medios de comunicación locales.

Beretta explicó que el texto firmado por la Asociación de Futbolistas Italianos (AIC) no puede ser ratificado por los clubes si no se contemplan sus exigencias respecto al pago del llamado «impuesto de solidaridad» por parte de los jugadores y a la absoluta autonomía por parte del equipo técnico a la hora de decidir cómo se desarrollan los entrenamientos de la plantilla.

Después de que Beretta anunciara la decisión de los clubes de no firmar el convenio colectivo, el presidente de la AIC, Damiano Tommasi, señaló que «por el momento no cree que existan las condiciones para poder» para poder jugar el fin de semana.

Tommasi explicó que mañana el Consejo de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) se reunirá de nuevo para abordar la situación, aunque subrayó: «No veo que vaya a cambiar nada».

En un principio, el principal punto de desencuentro entre jugadores y entidades fue precisamente el artículo 7 del convenio, por el que la Liga Serie A establecía la posibilidad de que las directivas de los clubes decidieran unilateralmente que un jugador se entrenase por separado del resto de la plantilla.