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El entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, ha celebrado esta noche ante el Viktoria Plzen su bicentenario como entrenador azulgrana, al alcanzar los 200 partidos en el banquillo azulgrana en competición oficial, un camino plagado de éxitos y números de escándalo, que ha ratificado con un 0-4 en Praga.

En poco más de cuatro años al frente de la nave azulgrana, Guardiola se ha convertido en el técnico más laureado de la historia del club, superando al mítico Johan Cruyff en número de títulos (11 para el holandés, 12 para el catalán).

Es decir, Guardiola ha alzado un título cada 17 partidos oficiales. Mención especial mereció su primera temporada como técnico de la primera plantilla.

Tras lograr el ascenso de Tercera División a Segunda B con el filial, en la temporada 2008-09 Guardiola empezó a mandar a los mayores. En ese curso conquistó todos los títulos posibles, logrando un sexteto histórico.

Liga, Copa, Liga de Campeones, Supercopa de España, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes fue la magnífica cosecha de 2009, y desde entonces no ha dejado de engrosar su palmarés.

Ya son 3 ligas, 2 Ligas de Campeones, 1 Copa del Rey, 2 Supercopas de Europa, 1 Mundial de Clubes y 3 Supercopas de España, unas cifras que pueden crecer este año si se sigue por el mismo camino.

El técnico azulgrana presenta unos números que difícilmente podrán ser superados en el futuro, gracias a un ciclo de éxitos sin precedentes en la historia del club, salvo paréntesis como el 'Dream Team' de Cruyff o el 'Barça de les Cinc Copes'.

En 200 partidos, el Barça de Guardiola ha vencido en 144 de ellos, lo que significa un porcentaje de victorias del 72%. Casi 3 de cada 4 partidos acaban en triunfo azulgrana con el de Santpedor en el banquillo.

Además, el entrenador ha alcanzado los 500 tantos en estos 200 partidos, una media goleadora de 2,5 tantos por partido.

En el lado negativo, Guardiola ha visto caer a su equipo 17 veces, y ha concedido 39 empates.

Pero más allá de los números y estadísticas, Guardiola ha abierto una nueva dimensión en la galaxia azulgrana. Cogió un equipo deprimido y desmotivado para volverlo a lo más alto en tiempo récord.

Perfeccionista, detallista y con el buen juego de toque por bandera, Guardiola ha imprimido su sello de ataque -el que mamó como futbolista con Cruyff- desde el primer momento, y su filosofía se ha visto correspondida con títulos, espectáculo y el aplauso unánime de la crítica mundial.

En Praga han sido ya 200 partidos como entrenador de una plantilla que, de momento, no ha mostrado síntomas de fatiga o de pasotismo, sino más bien al contrario, mantiene un hambre de títulos intacta.

La parroquia azulgrana suspira por las renovaciones anuales de un técnico, que por resultados y espectáculo, es leyenda del Barcelona.