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La final de Copa del Rey eleva un derbi madrileño con toda su rivalidad histórica al estadio Santiago Bernabéu, donde José Mourinho puede prestar su último servicio al Real Madrid, antes de anunciar su marcha, ante un Atlético de Madrid que se aferra a su fiabilidad en finales con Simeone.

Tras conquistar una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España, Mourinho puede dar su segunda competición copera, la decimonovena de la historia del Real Madrid, para acercarse a las 26 coronas del ‘rey de copas’, el Barça, y las 23 del Athletic Club. Maquillaría una temporada en la que el Madrid se dejó llevar en Liga, sin la motivación con la que conquistó la pasada temporada la ‘Liga de los récords’, y de nuevo volvió a quedarse a puertas de la final, por tercer año consecutivo, en Liga de Campeones. La Copa se ha convertido en el todo o nada y la opción de Mourinho de despedirse ganando.

Enfrentamientos

Sus enfrentamientos personales con parte del vestuario hacen difícil su continuidad. Su deseo de regresar al fútbol inglés complica la opción de que cumpla los dos años de contrato que le restan. Se despedirá con un once condicionado por la situación actual. Con Casillas en el banquillo y sin Pepe en el centro de la defensa, castigado desde que realizó unas declaraciones posicionándose del lado del portero. La lesión de Varane provocará que el titular sea Albiol, que apenas ha contado esta temporada. Recupera a tiempo el técnico madridista a dos jugadores claves que forzarán para jugar la final. Son Sergio Ramos, lesionado en el intento de remontada ante el Borussia Dortmund, y Mesut Özil.

Conjura

Más dudas dejan jugadores que regresan también de sus lesiones de mayor duración. Arbeloa y Marcelo no estarán en los laterales. Sus puestos los ocuparán Essien y Coentrao. La plantilla deja de lado el pulso con su entrenador y se ha conjurado para ganar el título. No ha habido una preparación especial, ni arengas de Mou. Los jugadores blancos han optado por una comida de unión.

El equipo madridista lo completará Diego López en portería, un centro del campo formado por Khedira y Xabi Alonso, con la magia de Özil en la media punta, dos como Ángel Di María y Cristiano Ronaldo, que tiene tomada la medida al vecino, más Karim Benzema en la zona del nueve.

Enfrente, el Atlético tiene varias deudas pendientes: en la Copa, una competición que no gana desde hace 17 años, en la que ha perdido sus últimas tres finales. No vence el conjunto rojiblanco a su ‘eterno’ rival desde el 30 de octubre de 1999. Desde entonces se han disputado 25 derbis, ninguno con triunfo del Atlético, que ahora apela a su mejor curso desde el ‘doblete’ y a su indudable solvencia en las finales jugadas bajo el mando de Diego Simeone durante el pasado año.

Opciones

Tampoco partía como favorito contra el Athletic, en la Liga Europa, ni frente al Chelsea, en la Supercopa continental, pero se adueñó de ambos títulos en 2012 con dos actuaciones impecables y dos goleadas incontestables: 3-0 y 1-4, respectivamente.

Simeone, cuyo equipo aspira a su décima Copa y a su quinto trofeo en los últimos tres años, es un especialista en las finales. Dos jugadas y dos ganadas con el Atlético. Cuida hasta el más mínimo detalle. Ha recuperado el espíritu del ‘doblete’ con una concentración en Los Ángeles de San Rafael, al estilo de la que vivió como jugador antes en mayo de 1996.

Recuperado Mario Suárez, no tiene bajas y contará con su once tipo. Ahí lucen su ataque y Falcao. Es un finalista infalible con el Atlético. Ha ganado las dos y ha marcado cinco goles entre ambas, una garantía para el equipo rojiblanco, que completará su frente ofensivo con Diego Costa, Arda y Koke, secundados por Gabi y Mario. También destaca esta temporada su defensa, la retaguardia menos goleada de Liga e invariable, con Courtois en la portería, con Juanfran y Filipe Luis en los laterales y con Godín y Miranda en el centro.