Real Madrid Castilla: Pacheco; Derik (Sobrino, min.85), Llorente, Cabrera, Noblejas; Mascarell, Aguza (Pablo Felipe, min.70), Lucas, Jaime (Burgui, min.59); José Rodríguez y Willian José.
Eibar: Irureta; Lillo, Albentosa, Raúl Navas, Kijera; Errasti, Dani García, Capa (Morales, min.87), Gilvan Gomes; Arruabarrena (Urko Vera, min.72) y Mainz (Añibarro, min.46).
Gol: 0-1, min.11: Capa.
Árbitro: Medié Jiménez (Colegio catalán). Amonestó a Lucas (min.17), Mainz (min.24), Mascarell (min.26), Llorente (min.40), Noblejas (min.51), José Rodríguez (min.55), Errasti (min.61), Irureta (min.74), Lillo (min.90).
Un solitario tanto de Ander Capa antes del primer cuarto de hora fue suficiente para que el Eibar lograra una laboriosa victoria ante un Castilla al que le siguen castigando las dudas de las últimas semanas.
Despertaron los locales pronto, en el minuto inicial. Un saque de esquina ejecutado por Lucas encontró la cabeza de Willian José pero el remate parabólico del brasileño lo desvió no sin problemas Irureta.
Fue una de las escasas concesiones del Eibar en la primera mitad. Coordinados y juntos como si habitaran en un futbolín, los jugadores del conjunto vasco esperaban su oportunidad. Esta llegó en el 11 cuando la defensa blanca se mostró, en un despeje, menos contundente de lo exigido. El balón acabó en los pies de Capa, cuyo disparo raso y sorprendente desde fuera hizo diana.
Pudo ampliar su renta el conjunto armero al encontrarse en la siniestra Gilvan y Mainz, pero el disparo de este último lo sacó bien Pacheco. De un área se pasó a otra. Y con más peligro si cabe. Un saque de falta de Lucas lo remató a la red Cabrera completamente solo, pero la jugada fue invalidada por un discutible fuera de juego.
Consciente de lo valioso de su ventaja, en el descanso el técnico visitante decidió asegurarla en la medida de lo posible. Para ello dio salida al central Añibarro en detrimento de un atacante como Mainz. Un refuerzo en la estructura que contrastaba con la voluntad ofensiva de un Castilla, obligado a dejarse la piel.
El conflicto se dirimió en beneficio de los locales a corto plazo. Los de José Manuel Díaz se hicieron con el control del juego desde el principio y se acercaron con peligro en varias acciones, las más claras en las botas de José Rodríguez y Lucas. En ambas solventó las complicaciones Irureta.
Sin embargo lo importante era la visión en un espectro medio y largo. Ahí el Eibar fue superior gracias a su solidez y consiguió un triunfo que le permite seguir aspirando a lo impensable. El Castilla, por contra, aún busca la resurrección tras cinco partidos sin ganar.
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