Los jugadores del Olympiacos celebran un tanto ante el Atlético de Madrid durante el partido conrrespondiente a la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el estadio Karaiskaki. | ORESTIS PANAGIOTOU

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Olympiacos 3 - 2 Atlético de Madrid

Olympiacos: Roberto; Elabdellaoui, Botía, Abidal, Masuaku; Maniatis, Milivojevic, Kasami, Afellay (N'Dynga, m. 69); Chori Domínguez (Fuster, m. 57) y Mitroglou.

Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Miranda, Godín, Ansaldi; Arda, Mario (Saúl Ñíguez, m. 75), Gabi (Griezmann, m. 56), Koke; Raúl García (Cerci, m. 66) y Mandzukic.

Goles: 1-0, m. 13: Masuaku, con un zurdazo desde fuera del área. 2-0, m. 31: Afellay cruza ante Oblak. 2-1, m. 38: Mandzukic, de cabeza a centro de Ansaldi desde la banda izquierda. 3-1, m. 73: Mitroglou, a pase de Kasami. 3-2, m. 86: Griezmann, a pase de Koke.

Árbitro: Pedro Proença (Portugal). Amonestó a los locales 'Chori' Domínguez (m. 35) y Maniatis (m. 46+) y a los visitantes Gabi (m. 2), Koke (m. 46+), Saúl (m. 88) y Griezmann (m. 90).

Incidencias: partido correspondiente a la primera jornada del grupo A de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Georgios Karaiskakis de El Pireo ante unos 33.000 espectadores. Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, cumplió partido de sanción por su expulsión en la final de la Liga de Campeones del pasado 24 de mayo frente al Real Madrid.

Unos cuantos errores claves en defensa y la efectividad en ataque del Olympiacos doblegaron al Atlético de Madrid en su estreno de esta temporada en la Liga de Campeones (3-2), la primera derrota del curso para un equipo con altibajos en Grecia, lejos de la fiabilidad que acostumbra siempre.

Es inusual que el conjunto rojiblanco, hoy de amarillo, reciba tres goles, más aún cuando dos de ellos llegaron en la primera media hora y cuando cada uno de esos tantos fue facilitado por algún fallo defensivo de una zaga de una firmeza incuestionable, como también es poco frecuente tanta puntería del equipo griego, intenso y concreto en ataque.

Esa fue la diferencia del partido, con un resultado que aumenta las obligaciones del Atlético para el resto de jornadas del grupo, con el Juventus en el horizonte, el próximo 1 de octubre en el Vicente Calderón, y con tres puntos en juego necesarios para mantener las máximas opciones de acceder a los octavos de final.

Hoy, el Atlético, en media hora, perdía 2-0. Una situación extraña, casi desconocida, para el conjunto madrileño desde la llegada del argentino Diego Simeone a su banquillo, allá por diciembre de 2011. Los dos primeros disparos del Olympiacos, los únicos del equipo local en todo el primer tiempo, terminaron en gol.

El primero entre el despiste general con el que saltó el Atlético al césped del Georgios Karaiskakis, extensible también al esloveno Jan Oblak, hoy debutante en partido oficial. Nadie incomodó un saque de esquina en corto griego ni nadie entorpeció el zurdazo desde fuera del área de Masuaku, que tomó dirección a la portería.

Entre que había gente en la trayectoria hacia el gol, entre el bote que dio la pelota en su recorrido y la tardía estirada del portero, el balón acabó dentro de la meta, en el 1-0, en un contratiempo inesperado por el minuto, 13, y la forma en la que el joven lateral francés sorprendió con un tiro aparentemente atajable.

El 2-0, superada la media hora, con el Atlético ya rehecho sobre el terreno de juego, con la posesión como un monopolio visitante, surgió en un contragolpe local, conducido por 'Chori' Domínguez, creció en la falta de contundencia entre Mario Suárez y Ansaldi, en una pugna con Ibrahim Afellay, que culminó con calma ante Oblak.

Entre uno y otro tanto, el Atlético había manejado la pelota, con un movimiento más fluido cuando Arda Turan entró en las combinaciones, y había irrumpido por la banda izquierda con las subidas y los buenos centros de Ansaldi, tan activo como preciso cada vez que subió por su lateral, pero sin acierto en el remate.

Hasta que en el minuto 38, un envío más del argentino le metió de lleno de nuevo en el partido. Levantó la cabeza en carrera y lanzó un centro perfecto con el interior del pie izquierdo al desmarque en el segundo palo de Mario Mandzukic. Su cabezazo cruzado, casi sin impulso, fue imparable para Roberto Jiménez, inmóvil y sin opción.

Tres remates a portería y tres goles. Máxima eficacia y aún necesidades ofensivas del Atlético, que volvió del intermedio con la propiedad casi exclusiva de la pelota, echó hacia atrás a su adversario, por momentos en su propio área, y entró de nuevo por los costados en la búsqueda del gol para alterar un marcador inservible.

Entonces, Simeone, que siguió el partido desde una cabina por el partido de sanción que le impuso la UEFA tras su expulsión en la pasada final de la Liga de Campeones, recurrió a un movimiento similar al del pasado sábado en el derbi. En el minuto 56, cambió a Gabi por el francés Antoine Griezmann y trasladó a Koke al medio.

Igual que el sábado, el equipo se rearmó ofensivamente con un efecto inmediato, porque el internacional francés se plantó en el área con peligro rápidamente, con dos acciones a las que respondió con otras tantas paradas Roberto Jiménez. A la recomposición en ataque se unió Alessio Cerci, en su esperado debut como rojiblanco.

Un recurso de velocidad, desborde y talento, sin casi reflejo en su estreno, para los últimos 25 minutos y para un equipo que se disponía para el asalto al 2-2 cuando un error de Ansaldi, que entre un fallo en el control y su fragilidad en la protección de la pelota en medio campo, perdió la posesión y provocó un contragolpe rival resuelto por Mitroglou con el 3-1, en el minuto 73 del encuentro.

Ya fue prácticamente un golpe irrecuperable para el Atlético, doblegado por la efectividad del Olympiacos, con un porcentaje de acierto en ataque insuperable para el equipo madrileño, que nunca decayó en su empeño del empate, al que se acercó con el 3-2 de Griezmann (m. 86), pero que no evitó su primera derrota del curso.